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Sombreros españoles con éxito en el mundo

Una empresa sombrerera de Sevilla con 128 años de historia vende sus productos en Europa, Estados Unidos o Japón

En España, el panorama del sombrero está prácticamente dominado por la compañía ISESA (Industrias Sombrereras Españolas S.A.), una empresa representada por la marca "Fernández y Roche.

El sombrero vuelve. Ni siquiera la brutal crisis económica que afecta a Europa desde 2007 parece haber hecho mella en un sector que ya vivió su propia catarsis hace varias décadas. En España, el panorama del sombrero está prácticamente dominado por la compañía ISESA (Industrias Sombrereras Españolas S.A.), una empresa representada por la marca "Fernández y Roche", nacida en 1885 en Salteras, un pueblo del Aljarafe sevillano, donde todavía mantiene su sede.

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Casi 130 años de supervivencia, adaptándose a las modas y a los tiempos, han convertido a 'Fernández y Roche' en una de las empresas punteras en la fabricación de sombreros en todo el mundo. "Es la única fábrica integral que existe en España", señala, orgulloso, su presidente Enrique Fernández Haya. El producto se inicia y se termina en la factoría sevillana, a diferencia de quienes únicamente fabrican los materiales o quienes sólo se dedican a unir las piezas. Muy pocas empresas sombrereras pueden presumir de ello en cualquier punto del planeta.

Tal vez por eso, se trata de un sombrero muy valorado, tanto dentro como, y especialmente, fuera de nuestras fronteras. Esta fábrica sevillana es la proveedora de las principales firmas sombrereras del Reino Unido que, a su vez, suministran los sombreros a la Casa Real Británica. Aunque el negocio más próspero si sitúa en estos momentos entre la comunidad judía ortodoxa, que ha elegido los productos de 'Fernández y Roche' para su indumentaria. "Es el sombrero que más vendemos", asegura Miguel García Gutiérrez, director de la empresa. "Supone casi el 65% de la producción propia. El mayor volumen va dirigido a la zona de Brooklyn, en Nueva York, aunque recientemente se ha firmado un acuerdo de distribución con Israel para los próximos dos años".

Con esta nueva ramificación del mercado internacional, la empresa espera que en los próximos años prácticamente el 80 o el 85% de la producción se dirija específicamente a la comunidad judía ortodoxa.

Un sombrero de cine

Esta empresa sevillana fue la encargada de fabricar los sombreros que se utilizaron en las películas de Indiana Jones. En las dos primeras entregas, se hizo bajo la marca británica 'Herbert Johnson', de la que era proveedora. Para la tercera película, los diseñadores se pusieron directamente en contacto con 'Fernández y Roche' para la fabricación en serie del conocido sombrero portado por el actor Harrison Ford.

En general, el cliente tiene la posibilidad de exponer su criterio. Esta proximidad permite a los diseñadores de la fábrica captar sus ideas y adaptarlas al producto final, para que el sombrero se adecúe a lo que busca cada uno. "El mercado del sombrero de ala ancha, por ejemplo, exige que el ala esté completamente recta y con una consistencia importante", asegura Miguel García. "Los judíos ortodoxos, por su parte, piden unas medidas concretas de copa y ala". Al final, todo se reduce a una cuestión de milímetros. Un milímetro más o menos puede marcar la frontera entre un producto que se acepta o se rechaza. "El sombrero es algo muy personal", recuerda. "El cliente tiende a personalizarlo al máximo. Intentamos innovar, adaptándonos a las nuevas tendencias o a los nuevos colores, y que resulte también atractivo para la gente joven".

De hecho, el interés demostrado últimamente por los jóvenes hacia el gorro o el sombrero es uno de los indicadores de que este producto está regresando como un elemento más entre las prendas de vestir. Y ello, a pesar de la crisis. "Cada vez se introduce una mayor variedad", señala García. "Es un producto que se puede asociar a la diversión y a la elegancia. Da un toque de distinción. En verano, es lo único que nos protege totalmente del sol, y en invierno produce confort y nos abriga".

Todo el mundo tiene su sombrero

Hace tres meses, 'Fernández y Roche' abrió su primera tienda en pleno centro de Sevilla. Allí es donde se produce el asesoramiento directo al cliente que se acerca a comprar un sombrero por primera vez en la vida. El comprador debutante "necesita ser asesorado", dice Verónica Vergara, encargada de la sombrerería. "A cada uno le sienta bien un tamaño concreto de copa o de ala. Todo el munto tiene su sombrero, dependiendo de la estatura o del color de la ropa que use con más frecuencia. Actualmente se está haciendo un sombrero muy del gusto del cliente. Se adapta el ala, la copa, la cinta... Se le está introduciendo un poco más de diseño, porque el sombrero también evoluciona con la moda". Junto a Verónica, el presidente de la empesa, Enrique Fernández Haya, añade que "el sombrero hay que verlo. Hay que probárselo. Comprobar cómo le sienta a cada uno, vérselo con la ropa adecuada. Esa es la dificultad, por ejemplo, de comprar sombreros a través de Internet".

Parece un producto simple, pero el proceso de elaboración del sombrero implica más de doscientas operaciones entre trabajos manuales e industriales. Esta combinación permite a los operarios dar el toque maestro a cada producto, con métodos artesanales que se han ido transmitiendo a través de los años. Y ello es posible porque, a pesar de haber transcurrido casi 130 años desde su fundación, 'Fernández y Roche' sigue siendo una compañía de tradición familiar que ya va por la quinta generación.

Carlos Cala

Carlos Cala

Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...

 
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