El 95% de las armas de fuego exportadas por España van a Estados Unidos

El informe sobre exportaciones españolas de material de Defensa elaborado por la Secretaría de Estado de Comercio y correspondiente al primer semestre de 2012 revela un una caída sin precedentes en las ventas de armamento. En los seis primeros meses de este año, España exportó material de Defensa por valor de 619,4 millones de euros, un 44% menos que los 1.100 millones exportados en el mismo periodo del año anterior.

De los ocho millones y medio de euros en armas de fuego (fusiles carabinas, pistolas, ametralladoras silenciadores cargadores y visores) que España exportó en el primer semestre de este año, algo más de ocho millones (el 95%) fueron facturados a empresas de EEUU. El 5% restante se repartió entre casi una treintena de países.

Así figura en el informe sobre exportaciones españolas de material de Defensa elaborado por la Secretaría de Estado de Comercio y correspondiente a dicho periodo. De acuerdo con este informe, Estados Unidos fue también el principal comprador de armas deportivas y de caza fabricadas por España, acumulando algo más del 20% de los 22 millones de euros exportados en este capítulo. En total, sumando ambos capítulos, España vendió 13 millones en armas de fuego para uso privado en Estados Unidos.

Venezuela continúa siendo el principal cliente

Las cifras globales de exportaciones de armamento registraron en los primeros seis meses del 2012 una caída sin precedentes. España exportó material de Defensa por valor de 619,4 millones de euros, un 44% menos que los 1.100 millones exportados en el mismo periodo del año anterior. Algo del todo inhabitual en una estadística que, a excepción de un descenso moderado en 2010, viene acumulando un crecimiento sostenido y constante en la última década. Comercio atribuye el descenso a la finalización de grandes contratos aeronavales con Noruega y Australia que alimentaron multimillonariamente las cifras del año 2011.

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El principal cliente del sector armamentístico español sigue siendo Venezuela, que compró armamento por valor de 164 millones de euros (un buque de vigilancia, piezas para la construcción naval y artillería). Venezuela ocupa también la segunda posición (por detrás de Perú) como comprador de material antidisturbios ya que en el primer semestre de 2012 adquirió 400.000 euros en cartuchos propulsores y aerosoles de defensa policial.

En el periodo analizado, destaca también la venta de un avión a Ghana por valor de 27 millones de euros y la exportación de combustible con especificaciones militares a Turquía por valor de 25,7 millones de euros.

Países árabes, compradores emergentes

En lo referente al capítulo de bombas, cohetes y misiles (que incluye granadas, torpedos y minas) Bahrein se consolida como uno de los principales compradores (sólo por detrás de Chile) con adquisiciones por valor de algo más de siete millones y medio de euros. Una cifra que convierte al país del Golfo en el primer destino árabe en el periodo analizado, con un ligero incremento con respecto al primer semestre del 2011. Todo, a pesar de que el Gobierno español denegó dos licencias de exportación a Bahrein (gafas de visión nocturna, sistemas de observación y tiro para torretas) aduciendo riesgo de desvío a otro usuario y la situación interna del país.

Las ventas a Arabia Saudí se mantienen ligeramente al alza, con 3.700.000 euros en aviones y munición. Se triplican las ventas a Egipto que rozan los 3 millones de euros, y se disparan literalmente las de Emiratos Árabes Unidos que han pasado de 63.000 euros en el primer semestre de 2011 a 2.370.000 en el mismo periodo de 2012 .

Túnez, que en ese periodo no compró material de Defensa, sí adquirió gases lacrimógenos y granadas de mano de gas por valor de 387.000 euros, convirtiéndose en el tercer páis comprador de material antidisturbios español.

En cuanto a Libia, España (que paralizó las ventas y revocó las licencias vigentes en 2011) denegó una licencia de exportación temporal para la demostración de un avión A-400M en aplicación del embargo europeo que todavía pesa sobre el país.