Rajoy y el PP enfrían el sueño de Aguirre
Tras su dimisión como presidenta de la Comunidad, renuncia a pelear por el Ayuntamiento de Madrid. El presidente del Gobierno está molesto con ella por su "insolidaridad" con Ana Botella
En enero Aguirre reconocía en una entrevista que le gustaría ocupar el sillón principal del Ayuntamiento de Madrid. Y hace un par de años le propuso a Rajoy que intercambiara los papeles entre ella y Gallardón. Ahora descarta rotundamente ser alcaldesa o candidata. La cúpula de Génova cree que no se puede "marear" a los ciudadanos yéndose de la política para luego volver.
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El lunes, la presidenta del PP de Madrid reunía a su comité de dirección y concedía una rueda de prensa en la que, a preguntas de la Cadena Ser, aseguraba que, en estos momentos, no quiere ser alcaldesa ni candidata para ocupar ese puesto en el futuro. Antes de responder bebió un trago de agua. Su círculo dice que ya lo había desmentido en alguna otra ocasión pero que insisten en preguntárselo porque es un rumor que cada día cobra mayor fuerza en el Partido Popular.
Esperanza Aguirre trataba de acallar así, de forma tajante, las especulaciones y también de calmar las aguas de la tormenta que azota a la formación regional. Todos los periodistas estaban atentos a sus palabras. Sí. Pero también a una foto, a la imagen de Aguirre junto a Ana Botella que también asistía a esta reunión.
Los que rodean a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid le quitan hierro a todo este asunto. Recuerdan que dimitió el pasado 17 de septiembre y que, como se puede comprobar no le hace falta estar en primera línea política para seguir siendo la protagonista. "Aguirre siempre ha sido muy mediática, muy líder, sigue teniendo tirón y dando titulares", destacan sus colaboradores. Lo cierto es que continúa con una agenda muy intensa e incluso participa en las campañas electorales de su partido.
Los que la conocen no quieren valorar si su retiro es o no temporal. Creen que ahora se habla de su interés por la Alcaldía porque es el argumento que el Ayuntamiento se ha buscado para explicar los últimos enfrentamientos con la Comunidad. Y dicen que ella ya tiene colmadas todas sus ambiciones políticas porque ha ocupado altas responsabilidades. Pero no es del todo cierto. Ser regidora es algo con lo que Aguirre siempre ha soñado. Ella conoce perfectamente el consistorio a donde llegó en 1983 cuando estaba al frente Enrique Tierno Galván. Estuvo 13 años ejerciendo política local. Hasta que en 1996 la llamó José María Aznar para que se convirtiera en ministra de Educación.
Aguirre ha confesado a los suyos, en más de una ocasión, que le habría gustado ser primer edil de la capital de España. De hecho en enero de 2012 lo reconocía en una entrevista en ABC. Decía que desempeñar ese cargo era "un honor enorme" porque es "un puesto maravilloso". Le preguntaban "¿Le hubiera gustado ocupar la Alcaldía de Madrid (cuando fue elegida concejal)?" A lo que ella respondía: "¿Por qué conjuga usted en pasado?".
En el partido saben de sobra que ha sido un puesto que siempre ha deseado. De hecho, fuentes del Gobierno aseguran que hace un par de años llegó a proponerle Gallardón intercambiar los papeles: ella optaría a la Alcaldía y él a la comunidad. Como el actual ministro de Justicia no quiso, Aguirre acudió a Rajoy quien desechó por completo la idea.
Ella sabe que ni la dirección nacional del PP ni Rajoy iban a permitirle acceder al bastón de mando municipal. La cúpula de Génova tiene claro que lo que no se debe hacer es 'marear' a los ciudadanos yéndose de la política para luego volver. Y, sobre todo, que no se puede dejar un cargo cuando la situación se complica para optar por uno más cómodo cuando vengan tiempos mejores. "No hay que olvidar que en la Comunidad, Aguirre estaba afrontando momentos difíciles. Por primera vez, ya no era recibida con aplausos sino que le tiraron un tupper a la cabeza. No es sencillo de digerir para una persona tan populista como ella", analiza un dirigente de la formación.
Tampoco contaría con el visto bueno de su jefe de filas porque está "disgustado" con ella y con su círculo. Al jefe del Ejecutivo no le ha gustado nada la reacción del Gobierno regional en el caso Madrid Arena. Él cree que el partido debe ser una piña en momentos así y que sus dirigentes deben respaldarse más que nunca. Pero ha visto justo lo contrario. Aguirre salió diciendo que se tenía que llegar a la verdad "caiga quien caiga". Y por eso, Rajoy ha dado orden de que los suyos se vuelquen con Botella. Así tanto María Dolores de Cospedal como Soraya Sáenz de Santamaría han cuidado mucho las palabras que empleaban cuando se les preguntaba por el trágico suceso.
"Lo que menos se espera es que dentro de unos años, el presidente del Gobierno vaya a premiar la insolidaridad y en eso se incluye tanto la candidatura de Ignacio González como una posible de Aguirre para ocupar un despacho en el Palacio de Cibeles", asegura un alto cargo cerrando definitivamente esa puerta.
Además a Rajoy le ha sentado francamente mal lo del euro por receta. El Gobierno estaba negociando con Cataluña para tratar de que lo retirase en lugar de esperar al fallo del Constitucional y ahora uno de sus propios feudos lo quiere implantar. En la Moncloa no cayó bien la noticia pero la gota que colmó el vaso fue que saliera Aguirre a defender a su sucesor recordando que el jefe del Ejecutivo también se había visto obligado a subir los impuestos.
La situación en el PP de Madrid es cada vez más tensa. Tras la firma de Botella en contra del desmantelamiento del Hospital de la Princesa y la salida de González diciendo que no se enteraba "de nada", la guerra está declarada. Pero el PP nacional no tiene intención de intervenir por el momento. Fuentes cercanas a la secretaria general explican que queda mucho tiempo para elegir al cabeza de lista para 2015 y recuerdan que Aguirre ha decidido seguir al frente, por el momento, de la formación regional así que el relevo no es causa mayor.
En el partido sorprende que ahora sea ella quien defienda la bicefalia tras fulminarla cuando era Pío García Escudero quien estaba al frente del PP de Madrid. Entonces la ex presidenta de la Comunidad peleó, y mucho, hasta conseguir el control de la formación regional. "Todo es para que la cúpula del PP no ponga a alguien de su confianza. Lo quiere tener todo atado para González", comentan varios diputados del Grupo Popular. Para ellos es un "error" que se le dé tanto margen de maniobra porque lo aprovechará para reforzar su poder interno y cuando se quiera hacer algo será ya imposible.