Berdych y Stepanek aleccionan a los maestros y se llevan el punto del doble

De más a menos. Así fue el partido de Marc López y Marcel Granollers, que vieron cómo a veces resulta más complicado jugar frente a jugadores teóricamente no especialistas como Berdych. Los restos del número uno checo, muy mordientes, acabaron con la paciencia de los españoles, que claudicaron por tener que jugar desde el fondo de la pista.

Los maestros, M&Ms, como se les conoce ya en la redes sociales, comenzaron el crucial choque fieles a su hoja de estilo, la que les llevó a ganar la Copa Masters la pasada semana. Su juego de improvisación y lejano a la ortodoxia de la disciplina empezó a dar sus frutos desde el primer momento. Como felinos aparecían por la red para desesperar a los checos.

Al igual que ocurriera el viernes, Stepanek se encargó de facilitar las cosas con un saque lejos de su mejor nivel. Así la pareja catalana se apuntó el primer parcial 6-3 e hizo soñar con lo mejor a la delegación española. Sin embargo el partido cambió radicalmente cuando el plan de los checos empezó a dar sus frutos. El ideario de Navratil para este partido resultó tan sencillo como eficiente: obligar a Marc a llevar el peso de los puntos golpeando desde el fondo de la pista.

Berdych cogió el timón de las operaciones una vez recibida la orden. El gigante checo atosigó sin parar al habilidoso López, haciéndole jugar largos intercambio de derecha y revés, desiguales, toda vez que uno es un 'Top Ten' y el otro un especialista de este juego de picaresca que es el doble.

Con esa sencilla estrategia fueron desgastando a la pareja española poco a poco pese a la resistencia de Granollers, que se hizo un gigante en la red para ayudar y descargar de trabajo a su amigo. Los juegos con Marc al saque eran la clave, Berdych y Stepanek se cebaban con la derecha del catalán ayudados por la frenética pista. Con 6-5 llegó la ruptura y el set en un juego en el que Marcel perdió la lucidez en la red.

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La pareja española nunca se rindió, pero desde ese momento siempre fue a remolque. Los locales, espoleados por la grada comenzaron a disfrutar de algunos placeres prohibidos al servicio -se sucedían los juegos en blanco- mientras los maestros cada vez se veían obligados a bregar más con su saque. El frío de Praga se apoderó del partido y desapareció la improvisación que hacía mejores a los pupilos de Àlex. También decayó su ánimo, dejaron de felicitarse y de ser cómplices en la pista. Pese a todo lucharon hasta el desenlace.

Un final que deja a República Checa 2-1 en el marcador y a España sin margen de maniobra. Este domingo todo queda en manos de Ferrer, que peleará con Berdych por llevar a España hasta el decisivo quinto punto. Allí Almagro, quién sabe, tendrá la oportunidad de redimirse de su dura derrota frente a Berdych.

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