El presidente de PRISA Radio, Augusto Delkáder, ha denunciado las «pretensiones desorbitadas» de algunas entidades de gestión de derechos a la hora de aplicar tarifas a la radio musical en Internet. Con precios que en algunas ocasiones son el 200% más elevados que en la radio analógica, estas agencias recaudadoras «impiden el desarrollo de una nueva industria de la música, terminan fomentando la piratería y empobrecen la creatividad artística», ha denunciado durante su intervención esta mañana en el Foro de la Nueva Comunicación. Augusto Delkader también ha augurado un futuro espléndido para la radio hablada, basada en los valores de la información, la compañía y las emociones. Delkáder ha explicado cómo Internet está cambiando los hábitos de consumo de la radio y, especialmente, la musical. Los oyentes se pueden elaborar su propia parrilla y acceder a muchos más contenidos. Se ha pasado de un sistema de oferta a uno de demanda. Pero este escenario necesita «un nuevo modelo de explotación de la propiedad intelectual y los derechos de autor». Por esto, ha pedidouna profunda reforma de la regulación de la propiedad intelectual, de las entidades de gestión, de sus funciones y su control. A pesar de las dificultades y del pesimismo actual, Delkader insiste en que hay que afrontar el futuro con confianza. «Soy optimista de razón y de corazón sobre el futuro de nuestro país y los medios de comunicación». En la actual crisis política y económica, de desapego de la ciudadanía, a la que se añade la deriva independentista del president Artur Mas, el Presidente de Prisa Radio ha destacado el papel institucional de la cadena SER. «La SER es una de las pocas cosas que contribuye a articular la España actual porque tiene una operación global en todo el país, practica la unión desde la pluralidad y lleva las emociones e informaciones de los ciudadanos de norte a sur y de este a oeste», ha señalado. Según Delkáder, la fortaleza de la SER estriba en la presencia y actividad de sus emisoras, que concede la identificación con los oyentes, y se traduce en influencia y rentabilidad. Un modelo de unión que hay que adaptar a las circunstancias, pero nunca desvirtuarlo si no se quiere ir al fracaso.