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Análisis:

¿Demasiado tarde para Romney?

El candidato republicano se impuso en el debate a Obama, pero a un mes de las elecciones, puede que no quede tiempo para dar la vuelta a las encuestas

Un seminario entre un profesor universitario y un asesor empresarial. Así describe la crónica del New York Times el cara a cara que enfrentó anoche a Barack Obama y Mitt Romney.

Los 90 minutos del debate fueron una densa discusión, plagada de datos y conceptos, sobre qué política económica es mejor para la clase media de EEUU. Sin anuncios novedosos, ni frases para recordar, Romney logró ser más directo y agresivo. Según todos los analistas, se impuso a un Barack Obama que estuvo más apagado de lo habitual y que llegó a parecer dubitativo y confuso.

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Las primeras encuestas tras el debate también dan al republicano como vencedor. Según el sondeo de CNN, un 67 de los espectadores creen que Romney ganó, frente a un 25% que piensa lo mismo de Obama. La CBS consultó a los indecisos: un 46% considera que Romney se impuso y un 22% que lo hizo Obama.

Está por ver si Romney ha logrado cambiar la dinámica de una campaña en la que Obama comenzaba a despegar en las encuestas, sobre todo en los llamados estados cambiantes. Todavía es pronto para saber si el debate conseguirá crear el suficiente "momemtum" para ofrecer a al ex gobernador de Massachusetts una clara ventaja de cara al próximo cara a cara, el día 16, y menos aún hasta las elecciones.

Pero, en el equipo de Obama están preocupados porque los medios, ávidos de novedad, exageren el giro para dar la sensación de una competición más reñida.

Contraste de políticas

El debate ofreció un claro contraste de políticas sobre impuestos, gastos, sanidad y el papel del gobierno.

Por un lado el presidente, que considera que el gobierno juega un papel importante en promover el crecimiento económico y una sociedad más justa. En el otro lado, el republicano, para quien la Casa Blanca debe limitarse a dejar libertad para el espíritu empresarial americano. "El papel del gobierno no es convertirse en un actor económico eligiendo ganadores y perdedores, diciéndole a la gente qué tipo de tratamiento de salud puede recibir, invadiendo el sistema de salud", dijo Romney. "La respuesta correcta del gobierno es decir como hacemos que el sector privado sea más eficiente y más efectivo".

"El gobernador Romney tiene una perspectiva que dice que si recortamos impuestos a los ricos y disminuimos la regulación, estaremos mejor", sostuvo Obama. "¿Vamos a insistir en las política de arriba abajo que ayudaron a meternos en este caos o vamos a asumir un nuevo patriotismo económico que dice que a EEUU le va mejor cuando a la clase media le va mejor?", preguntó.

Romney contraatacó asegurando que el presidente "tiene una visión muy similar a la que tenía cuando se presentó hace cuatro años, que un gobierno más grande, gastar más, más impuestos y regular más, funcionaría". "Esa no es la respuesta correcta para EEUU. Yo restauraré la vitalidad que pone a EEUU a trabajar de nuevo", prometió.

El republicano tenía la tarea de convencer a los indecisos de que representa un camino mejor para la economía del país, lastrada por un desempleo que se niega a bajar del 8% y una abultada deuda federal. Romney fue al debate sabiendo que Obama le acusaría de querer aumentar los impuestos sobre la clase media y favorecer a los ricos, por lo que repitió una y otra vez que no lo hará.

Los dos se mostraron preocupados por el americano de clase media. Obama por el daño que supondría el recorte a los programas del gobierno y Romney por el efecto de los impuestos y la excesiva regulación.

"La magnitud de los recortes de impuestos de los que usted está hablando, gobernador, terminarían resultando en severas dificultades para la gente, y lo que es más importante, no nos ayudará a crecer", sostuvo Obama.

"La gente que está pasando por un mal momento ahora mismo son los americanos de clase media. Bajo la política del presidente, los americanos de clase media han quedado enterrados", dijoo Romney haciendo eco de una frase inoportuna del vicepresidente Biden el día anterior.

Habló del impacto que tienen en la vida diaria los problemas económicos, subrayando el alto precio de la gasolina, electricidad, alimentos y sanidad. "Yo lo llamo el impuesto de la economía", dijo. "Les ha estado machacando"

Obama incómodo en el escenario

En los debates no sólo importa el contenido, sino la imagen que transmite el candidato. Por lo que más que la victoria de Romney, lo que puede quedar en la memoria es la mala actuación de Obama. El presidente no cometió errores irreparables, pero dio la sensación de no estar cómodo y de que querría estar en cualquier otro lugar celebrando su 20 aniversario de boda.

"Mitt Romney finalmente encontró su voz", declara el Washington Post. "Después de muchos meses de momentos raros y mensajes de campaña cambiantes, él con energía y confianza se situó al lado del Presidente Obama y ofreció una visión de la economía del país alternativa".

El Presidente lanzó muchos menos ataques de los que los agresivos anuncios de su campaña podían sugerir. Obama no mencionó ni la famosa frase del 47% de los americanos que se sienten víctimas y votarán por Obama pase lo que pase, ni el pasado de Romney como empresario en Bain, ni los bajos impuestos que paga, ni su propuesta para que los 11 millones de indocumentados se "autodeporten".

Cuando Romney hablaba, permanecía con la cabeza baja y llegaba a asentir, como si mostrara aprobación. Incluso dio la razón a Romney en algunos asuntos como la reducción del déficit y dijo que no es un presidente "perfecto".

El presidente dejó pasar la ocasión de contestar a Romney, por ejemplo, cuando dijo que quiere reducir la aportación del gobierno a la PBS. "Lo siento Jim. Voy a dejar de subsidiar a la PBS. Me gusta la PBS. Me gusta Big Bird. Pero no voy a seguir gastando dinero que hay que pedir prestado a China para pagarlo". El comentario sobre Big Bird corrió como la pólvora por las redes sociales. Pero Obama no respondió. Dejó pasar la oportunidad de señalar que la aportación a la PBS supone un 0,012 por ciento del déficit federal.

¿Demasiado tarde?

La pregunta es si es demasiado tarde para que la actuación de Romney marque una diferencia en la campaña.

El candidato republicano se puede beneficiar de una ola de apoyo de sus compañeros republicanos y de la cobertura favorable en los medios, que le permitan conseguir más donaciones y más interés de los votantes indecisos.

Pero con las elecciones dentro de un mes, Romney puede haberse quedado sin tiempo para dar la vuelta a la campaña. La votación ha comenzado en 35 estados y un 6% de los electores ya han votado, según las estimaciones de Reuters.

Aunque los debates son uno de los momentos más memorables de las campañas, hay pocas evidencias de que cambien el resultado de las elecciones.

 
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