El Valencia sale desquiciado de Múnich

Desde que ambos equipos disputaron la final del torneo en el año 2001, este encuentro se puede considerar como uno de los clásicos de Europa, uno de esos partidos que no defraudan. En esta ocasión, el conjunto valenciano no tuvo una buena actuación en el partido más complicado del grupo y fue muy inferior ante el empuje alemán.

Para el primer partido grande la temporada, Pellegrino volvió a confiar en Parejo y Tino Costa en el doble pivote, una pareja cuestionada por su rendimiento en Liga frente al Celta. Por su parte, en el Bayern Munich Javi Martínez fue titular por primera vez. Tal vez por la impresión del escenario, el Valencia salió amedrentado. Quería que pasaran los primeros minutos sin sustos y no tomó riesgos. El Balón era de los locales, que tocaban con mucha rapidez y, siempre que podían abrían a las bandas. Esa era la zona más peligrosa, con la presencia de Ribéry y Robben. Era una papeleta para los nuevos. Cissokho y Pereira tenían enfrente a dos de los mejores extremos del mundo.

Le costaba mucho atacar al Valencia. Apenas tenía la pelota y, cuando conseguía robarla, le duraba muy pocos segundos. Estaba muy incómodo y su estrategia ofensiva se basaba en enviar balones largos a Jonas y Soldado, muy solos arriba. Guardado y Feghouli estaban más pendientes de ayudar a los laterales que de atacar. Poco a poco se iba encerrando en su área y se escudaba en Diego Alves. El guardameta realizó tres paradas casi de manera consecutiva. Muy meritoria la segunda, despejando un tiro durísimo de Kroos.

El conjunto che apenas salía de su campo. El primer contragolpe en el que dio sensación de peligro fue en el minuto 25. Jugada a jugada se repetía el guión. Entraba por las bandas el equipo de Heynckes, pero, en el último instante, aparecía uno de los seis jugadores valencianistas que estaban dentro del área para despejar. En ese acoso se vio muy cómodo a Javi Martínez, muy agresivo recuperando el balón para distribuirlo con velocidad. Se entendía a la perfección con Schwinsteiger, que era el mediocentro que más se prodigaba en tareas ofensivas.

El claro dominio se reflejó en el marcador en el minuto 38. Era cuestión de tiempo. En uno de las numerosas pérdidas del Valencia en el centro del campo, el Bayern aprovechó un contraataque. En una transición rápida, el balón llegó a la parte derecha del área para que Schweinsteiger rematara con uno de sus potentes disparos. El balón fue desviado por Cissokko y Alves no pudo hacer nada. Así se llegó al descanso. Lo positivo para el equipo español es que solo había encajado un gol. Mucho tenía que cambiar.

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En la segunda parte, los visitantes tuvieron una buena noticia. Ribéry, que puso en muchas dificultades a Pereira, fue sustituido por Müller. Por su parte, Pellegrino no hizo cambios. Eso se notó, porque la tónica del partido fue la misma. La sentencia pudo llegar si el árbitro hubiese pitado un penalti que cometió Parejo sobre Kroos. El centrocampista de Coslada tuvo una mala actuación. No aportó ni en defensa ni en ataque. No era el día del Valencia, que cometía errores incomprensibles. Fue un partido gris de todo el equipo menos de Diego Alves, que hizo una parada magnífica a mano cambiada para despejar otro disparo de Kroos.

Algo había que hacer. Pellegrino optó por Valdez, que entró por un Jonas inexistente. El mexicano le dio más intensidad y aprovechaba mejor los balones en largo. Pudo cambiar el partido en el minuto 67, cuando Feghouli le ganó la posición a Dante y estuvo a punto de marcar, pero un defensa despejó la pelota que se fue a saque de esquina. Fue un susto, tal vez lo que necesitaban los valencianista. Nada más lejos de la realidad. De eso se encargó Toni Kroos. El centrocampista sentenció el partido con el segundo gol de su equipo a falta de quince minutos para el final. Desde fuera del área, ejecutó un disparo seco con mucha potencia que se coló por la escuadra derecha de la portería de Alves. Nada pudo hacer el portero brasileño. De esta manera, el canterano del Bayern completó un partidazo. Hizo de todo. Defendió, asistió, se ofreció y marcó. Fue el más destacado de los suyos.

El segundo tanto dejó muy tocado al Valencia, aunque sacó fuerzas para acortar distancias en el descuento por medio de Valdez, que remató de cabeza un saque de esquina estableciendo el 2-1. No se puso nervioso el Bayern. Todo lo contrario. Estuvo muy cerca de hacer el tercero, pero Mandzukic falló un penalti que detuvo Alves, el mejor de su equipo. Ahí acabó un encuentro para olvidar. Es cierto que el equipo bávaro es superior y que era difícil conseguir el triunfo en el Allianz Arena, pero es probable que los seguidores valencianistas esperasen algo más. No es un gran comienzo, pero queda un consuelo. Los otros rivales del grupo, Lille y Bate Borisov, son más asequibles. Ante ellos está obligado a vencer los dos próximos encuentros para encarrilar su clasificación a octavos de final.

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