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LA TOMATINA

Buñol se tiñe de rojo en la tomatina

Cinco camiones cargados de 120 toneladas de tomates reparten la munición por un recorrido de 400 metros

Jugando entre tomate(REUTERS/Heino Kalis)

Jugando entre tomate

Valencia

La localidad valenciana de Buñol vuelve este miércoles a teñirse de rojo durante la celebración de su célebre tomatina, la más peculiar e incruenta batalla de tomates que cada año reúne a decenas de miles de jóvenes procedentes de todo el mundo.

Batallas de pasta de tomate después de la anual tomatina

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Batallas de pasta de tomate después de la anual tomatina

A las 11:00 de la mañana se ha lanzado un cohete desde el Ayuntamiento marcando el inicio de la contienda, en la que cinco camiones cargados de 120 toneladas de tomates van a repartir la munición por un recorrido de 400 metros en una estrecha calle del municipio.

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La tomatina, que nace de una gamberrada ocurrida hace 67 años y que ha terminado por ser declarada festejo de Interés Turístico Internacional, espera reunir a cerca de 40.000 jóvenes ataviados con el "uniforme oficial": camiseta blanca y pantalón corto o bañador.

Los más experimentados usarán gafas de natación para evitar que el ácido del tomate dañe sus ojos.

Buñol, en el objetivo de medio mundo

Buñol se convierte en un centro de atención de la prensa internacional, con televisiones y medios escritos procedentes de países como Australia, Japón, Corea, Brasil, Argentina, Francia o Alemania. Según fuentes municipales, este año participan en el festejo 4.000 japoneses y 1.000 australianos.

Sesenta minutos después del primer disparo, habrá un segundo cohete para advertir el final de la batalla, y los lanzadores de tomate marcharán entonces hacia las duchas instaladas por el pueblo para tratar de recuperar su color habitual.

El estanque de tomate triturado en el que queda convertido el recorrido desaparecerá en apenas una hora, cuando los servicios de limpieza devuelvan su aspecto habitual a las calles, que además, según cuentan, quedan desinfectadas por las propiedades del ácido del tomate.

La fiesta de la tomatina, que apenas en un día genera un beneficio aproximado de 300.000 euros en los comercios de Buñol, está controlada por un dispositivo especial de seguridad para evitar que la lucha de hortalizas no deje de ser un divertido y multitudinario encuentro de carácter pacífico.

 
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