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La agonía del pequeño comercio

Las medidas que según la administración supondrán un incremento de las ventas y la creación de empleo, reciben el rechazo de los comercios tradicionales

Los tenderos veteranos tienen claro que las medidas van a significar el fin del pequeño comercio.(EFE)

La nueva medida de liberalización horaria comercial ha provocado la negativa de los propietarios de pequeños comercios. Tienen claro que las medidas van a terminar de hundir sus ya debilitados negocios y supondrán el fin del pequeño comercio. El Barrio del Pilar de Madrid aglutina una gran cantidad de negocios de esta índole y los propiertarios de negocios del barrio se han mostrado contrarios a la nueva ley.

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El Gobierno de España se ha encaminado hacia la liberalización horaria de los comercios. El decreto -ley del 13 de julio ha ampliado el horario de apertura en días laborables a 90 horas semanales, da libertad horaria a los comercios de 300 metros cuadrados y eleva a 10 el número de domingos y festivos de apertura como mínimo. Las comunidades autónomas podrán modificarlo solo incrementándolos. El concepto de rebajas también cambia, hasta ahora estaban restringidas a dos periodos a lo largo del año pero eso ya es pasado. El gobierno ha dado luz verde a la liberalización de rebajas que deja a elección de los comerciantes la época y la duración. Desde el gobierno afirman que la norma "tendrá efectos positivos sobre la productividad y la eficiencia en la distribución comercial minorista".

En este ámbito la Comunidad de Madrid, va un paso por delante. Con la ley de Dinamización de la Actividad Comercial, cualquier comercio, grande o pequeño, familiar o multinacional puede establecer el horario que quiera, y se han suprimido las antiguas licencias para abrir un comercio.

Los pequeños comerciantes pronostican el hundimiento de sus debilitados negocios

El Barrio del Pilar situado al noroeste de Madrid, es una zona donde vive gente trabajadora, de edad avanzada y que se ha ido repoblando con inmigrantes en los últimos años. En sus calles abundan los pequeños comercios que luchan por sobrevivir. En concreto, la calle Fernández Almagro acoge a numerosos negocios dedicados al textil y zapatería que se encuentran en peligro de extinción.

'Noyma' es una tienda de ropa de mujer que lleva 40 años en el barrio. Su dueña, Manuela García, de 72 años, lleva al frente del negocio desde sus orígenes. En la puerta de la tienda cuelga un cartel que dice "Se traspasa". Desde hace seis meses, que el anuncio lleva colgado, sólo un señor se ha interesado por su local para instalar un negocio de café y donuts, cuenta Manuela.

El pequeño local de 24 metros cuadrados, tiene ropa de mujer, pero no hay clientas. Desde la calle se ve un gran cartel en el escaparate de "Liquidación total" y anuncios con camisetas por 13,95 y vestidos por 15,95 euros.

La dueña del negocio, tras su mostrador, espera a una clientela que se deja caer como un goteo lento. "El comercio siempre ha tenido subidas y bajadas. Cuando la Vaguada abrió hace 30 años mi negocio pegó un bajón importante, pero nada que ver con el de ahora". Manuela está frustrada, no tiene ninguna esperanza de que el negocio pueda remontar y lo único que quiere es cerrar. Sobre la nueva ley de liberalización horaria no siente ningún aprecio "quieren acabar con el pequeño comercio". Se muestra comprensiva y entiende que los tiempos han cambiado, que el barrio se ha ido envejeciendo y que se ha ido poblando de inmigrantes con menos recursos para gastar, pero piensa que con la nueva ley se promueven cambios a peor tanto para los comercios de toda la vida como para la relación familiar. "Cuando era joven, los domingos llevaba a mis hijos al campo no a Alcampo como hacen ahora los padres. Se meten en el centro comercial con los niños en el carrito y a pasar la tarde".

Manuela es dueña de tres negocios de la calle Fernández Almagro. Abren de lunes a sábado en horario partido (de 10 a 14 y de 17 a 20.30). No piensa abrir los domingos, aunque se pueda, porque tendría que contratar a más gente "y eso es imposible". Manuela se ocupa de cubrir los días libres de sus empleadas, entre las que figura su hija. "Mi hija no quiere heredar el negocio. Es una pena, pero es lo que hay".

En la misma calle del barrio, a un par de metro del negocio de la señora García, `Horno de Pan? es otro establecimiento de toda la vida que sigue tratando de sobrevivir. Una tienda de frutos secos, bollería y golosinas. El dependiente y propietario es un señor de edad avanzada, con grandes gafas, que lleva treinta años sirviendo a los vecinos del barrio, trabajando de lunes a domingo con ayuda de su mujer. Su negocio ha ido perdiendo clientela con el tiempo y no le queda más remedio para mantenerlo que no cerrar ningún día. Otro de los factores que ha perjudicado a su comercio según apunta su tendero es la proliferación de tiendas de chinos. Opina que la liberalización horaria hará daño a los comercios pequeños y la calidad de vida de los trabajadores. "Tengo vecinos que trabajan en el centro comercial la Vaguada y les están puteando con los horarios. No tiene tiempo de estas con sus hijos".

El IVA, otro bache en el camino del pequeño comercio

A las novedades de la legislación comercial hay que añadir la subida del IVA programada para el 1 de septiembre. El propietario de 'Don Detalle' tiene claro que él asumirá la subida del IVA para evitar la pérdida de clientela. El IVA en productos textil pasará de un 18% a un 21%. Su tienda no corre la misma suerte que las anteriores, "Nos mantenemos bien más o menos, han bajado las ventas, pero vamos bien". Vende ropa de mujer muy juvenil, colorida, atrevida y apuesta por precios anticrisis. "Cuando abrí el negocio la Vaguada ya estaba. Aunque abra los domingos nosotros no lo haremos".

Las medidas han sido tomadas desde la administración pública para aumentar el consumo, las ventas y crear empleo, algo que resulta difícil de creer para los pequeños comerciantes. Ven ilógico que la gente vaya a comprar más o que los empresarios se pongan a contratar con la que está cayendo. Para la administración la medida es irreversible pero para los comerciantes es la muerte prematura del pequeño negocio.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) las ventas minoristas han descendido en el mes de junio en todas las comunidades autónomas un 4,3% en relación al mismo mes de 2011. Este dato significa 24 meses consecutivos de caida de ventas.

 
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