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Federico Franco asume la Presidencia de Paraguay tras la destitución de Fernando Lugo

Fernando Lugo ha sido destituido en un "juicio político" impulsado por la formación de corte liberal del nuevo presidente, Partido Liberal Radical Auténtico

El nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, saluda tras tomar juramento al cargo en Asunción(REUTERS/Mario Valdez)

El nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, saluda tras tomar juramento al cargo en Asunción

El nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, ha asegurado tras jurar el cargo que la "transición" que comienza en el país "se realiza dentro del orden constitucional" y "de ninguna manera pone en riesgo la vigencia y principios democráticos universales". Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela opinan que la destitución de Lugo es un "golpe de Estado" y no reconocen a Federico Franco.

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En presencia de la plana del Congreso paraguayo, Franco ha asumido el cargo a las 19:00 hora local (1:00 hora peninsular española del sábado) y ha hecho un llamamiento al espectro político paraguayo para constituir un Gobierno de unidad nacional. Gobernar "será posible con la ayuda de todos ustedes, la única manera que podré llevar adelante (a este país) será entre todos los sectores", ha ensalzado Franco.

"Entiendo que Paraguay tiene que ser construido desde todos los electores, con la unión de todos los sectores, partidos políticos y movimientos sociales", ha aseverado. Franco ha sostenido que el Gobierno, que estará encabezado por los liberales después de 74 años, rehuirá de "odios", "rencores" y "resentimientos". El último presidente liberal fue Eusebio Ayala que fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el militar Rafael Franco, sin parentesco familiar con el nuevo presidente.

Asimismo, Franco ha enfatizado en el carácter transitorio de su Gobierno y en el respeto del Estado de Derecho y las instituciones paraguayas. "Es mi compromiso respetar las instituciones democráticas y en hacer conservar y respetar las leyes y la Constitución", ha esgrimido. "La República del Paraguay vive momentos difíciles, y en estos momentos y por determinadas circunstancias, Dios y el destino quiso que asuma la Presidencia de la República", ha agregado.

"Toda la vida he sido una persona convencida de la democracia, por lo que, ante este honorable Congreso, vengo a ratificar, las instituciones democráticas, el Estado de Derecho, la vigencia de los Derechos Humanos, y honrar las deudas y los compromisos asumidos por el Gobierno", ha añadido.

En este sentido, ha defendido que este viernes comienza un "Gobierno de transición dentro del orden constitucional, y en absoluto respeto a las leyes y a los tratados internacionales". Franco ha argumentado que su subida al poder "no pone en riesgo la vigencia y los principios de la democracia universal".

Anuncios políticos del nuevo presidente

En su comparecencia, el nuevo presidente de Paraguay ha anunciado la ejecución de un catastro para precisar el número de campesinos y concretar los campos agrícolas existentes, así como un plan focalizado en el impulso de la industrialización del país y en la mejora de la gestión de los recursos energéticos nacionales.

Franco ha evocado la muerte de 17 personas entre campesinos y policías la semana pasada durante el desalojo de una finca privada ubicada en la localidad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú (sureste). "Hace pocos días lloramos la muerte de muchos jóvenes en la zona de Curuguaty. La mejor manera de honrar a estos patriotas es iniciando el verdadero desarrollo en agricultura", ha señalado.

"Siempre he reclamado la necesidad de atender la atención social del campo. El compromiso nuestro y el de este Congreso al que pido encarecidamente por la sangre derramada de nuestros compatriotas que facilite un desarrollo rural sostenible que permita una mejor calidad de vida a los campesinos", ha declarado Franco.

A continuación, ha confirmado que el nuevo Gobierno llevará a cabo un catastro y ha tendido la mano a las fuerzas de seguridad en un mensaje crítico con la gestión de Lugo.

"A los amigos del orden público, las fuerzas policiales y los militares, mi absoluta garantía de que mi Gobierno les dará un trato institucional y respetuoso. Termina la época en el que los cargos eran ocupados por amigos y parientes. Se respetará la igualdad de todo oficial", ha indicado Franco.

La política energética y la industrialización son otras de las áreas que gozarán de prioridad para el Ejecutivo de Franco. "Continuaremos con aquello que se ha hecho bien antes, aunque pondremos un énfasis en la industrialización", ha apuntado. Además, ha instado a cambiar "la situación energética del país a través de una política de Estado de energía" a fin de fomentar la autosuficiencia. "Me resisto a aceptar que el Paraguay tiene que deber a los países vecinos por energía", ha argüido.

Para ello, Franco ha apremiado a que la región del Chaco Paraguayo esta llamado a ser "la clave del progreso nacional". Esta área, que linda con Argentina, Bolivia y Brasil, se extiende por el norte de los departamentos de Alto Paraguay y el norte de Boqueron. Las autoridades han fomentado en esta región las actividades agrícolas, ganaderas, energéticas y turísticas. "El Chaco Paraguayo debe ser la puerta de llegada a Asia para América, el Atlántico y el Pacífico. Por lo tanto, todos los proyectos que llevemos adelante de que en el Chaco está la clave del progreso, ha sostenido"

Contactos en el exterior

Por otra parte, Franco ha asegurado que ha conversado con algunos ministros de Asuntos Exteriores latinoamericanos para transmitirles, entre otras cosas, que su Gobierno respetará las leyes, las instituciones y los pretéritos democráticos. "Cumpliremos con las obligaciones que tenemos como Estado y respetaremos el Estado de Derecho, las libertades públicas y los Derechos Humanos", ha remarcado.

A modo de conclusión, para concluir su comparecencia ante el Congreso, el nuevo presidente ha pedido la "ayuda" a los demás partidos políticos para reconducir la senda política de Paraguay, reafirmando el carácter transitorio de su Gobierno, entre vítores y cánticos a su favor.

"Tengo ganas, voluntad, experiencia, gracias a Dios tengo salud, pero no tengo todo el conocimiento, quiero que me ayuden y quiero el 15 de agosto, al paraguayo o paraguaya, entregar un país organizado, sin más muertes, con tolerancia, respeto, progreso y con la presencia de todos los sectores, ricos y pobres", ha apuntado.

La Constitución de Paraguay establece en su artículo 225 que el jefe de Estado sólo podrá ser sometido a un juicio político "por mal desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos o por delitos comunes".

El último juicio político a un presidente paraguayo acaeció en 1999, cuando Raúl Cubas fue acusado de mal desempeño de sus funciones tras el asesinato del entonces vicepresidente, Luis Argaña, y la muerte de siete jóvenes manifestantes. Cubas, en cambio, renunció antes de que concluyera el proceso judicial.

En el caso del presidente Lugo, en concreto, el detonante fue la muerte de 17 personas en los enfrentamientos que se produjeron hace una semana cuando la Policía irrumpió en la finca Morumbí, propiedad del ex senador del opositor Partido Colorado Blas Riquelme, para desalojar al centenar de campesinos que desde hacía tres semanas ocupaba la finca para protestar por la escasez de tierras agrícolas.

Este hecho desembocó en la dimisión del ministro del Interior, Carlos Filizzola, y del comandante de la Policía, Paulino Rojas, que fueron aceptadas por Lugo.

Desde años, los campesinos del sureste de Paraguay exigen al Gobierno una distribución equitativa de las tierras de labranza, denunciando que la mayoría de las fincas productivas están en manos de los conocidos popularmente como ''brasiguayos'', terratenientes brasileños que han conseguido la nacionalidad paraguaya.

 
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