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CULTURA | FESTIVALES DE MÚSICA

La primera Primavera de Oporto

Éxito rotundo en la primera edición en Portugal del Primavera Sound

Asistentes al festival durante la jornada del jueves(HUGO LIMA)

Asistentes al festival durante la jornada del jueves

Los comienzos nunca son sencillos y desde luego no lo han sido para este festival que, a pesar de la buena nota, ha tenido que lidiar con varias cancelaciones, las dudas del debutante, algunos problemas de sonido y la terrible climatología de su última jornada.

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Un altísimo porcentaje de las vallas publicitarias de las grandes ciudades portuguesas anuncian festivales de música. El país vecino vive la música de un modo especial y acude a los festivales a escuchar con atención, beben menos y muestran una menor preocupación por la moda u otros aspectos circundantes en este tipo de eventos. Con este panorama, la idea de abrir sede portuguesa del Primavera podía sonar un tanto arriesgada. La realidad ha sido muy diferente y el OPS ha sido un evento perfecto que ha sabido conjugar la esencia del festival barcelonés con una localización espectacular para realizar festivales y una organización excelente hasta en los detalles más pequeños.

El OPS ha demostrado ser una versión más manejable de su hermano catalán y ha dejado claro en esta primera edición que viene para quedarse y para presentar la marca Primavera Sound como una garantía de buena música. La planeada expansión del festival ha sido un éxito, quizá no tanto de asistencia pero sí de organización y respaldo de la ciudad y sus habitantes.

Por el hermoso Parque da Cidade, un verde parque de cuatro escenarios y un lago, han pasado algunas de las bandas más de moda de la escena musical como Beach House o M83. A los primeros se les quedó pequeña la carpa de turno para presentar su nuevo álbum, un disco que ha llenado portadas de revistas de medio mundo pero que en directo pierde parte de su encanto y de su intimismo. Todo lo contrario que M83, quizá no sean un grupo de referencia en diez años, pero su intensa actuación resultó divertida y demostró que no son banda de un solo éxito. El OPS también ha sido una cita especial para The Drums y Black Lips, las dos bandas estadounidenses cerraban sus largas giras en Oporto y lo hicieron con dos actuaciones intensas y divertidas repasando lo más selecto de sus repertorios. Black Lips también protagonizó una de las anécdotas del festival al ofrecer una actuación sorpresa en la casa de un fan de la banda.

También fue una cita especial para Lee Ranaldo, el ex de Sonic Youth volvía a Oporto ocho meses después de comenzar su gira en la ciudad del Duero. En aquella ocasión presentó 'Between the times and the tides' en acústico y tenía ganas de darle electricidad a su primer álbum en solitario tras el divorcio de Sonic Youth. El estadounidense repasó con gran acierto un disco guitarrero que sonó de maravilla en temas como 'Lost'. La falta de canciones para llenar la hora de actuación la compensó con versiones como 'Thank you for sending me an angel' (Talking Heads). Un tipo encantador y con mucho empaque que convenció con creces al personal tras una jornada marcada por la lluvia.

El festival había comenzado dos días antes con la actuación de Bigott, la curiosa música del maño sirvió para calentar motores para el espectáculo de Yann Tiersen. El artista francés, que saltó a la fama gracias a la banda sonora de 'Amelie', ofreció un concierto que mostró todo el talento para la música y para la improvisación de un intérprete tan imaginativo como dotado. Algo menos de suerte tuvieron Suede. Los años del britpop cada vez quedan más lejos y a pesar de algún exito imperecedero como 'Beautiful one', 'Film star' o 'Trash' su actuación resultó algo sosa y falta del ritmo que mostraron en su regreso a los escenarios el verano pasado.

The Flaming Lips y Rufus Wainwright defendieron el lado más pop del viernes. Rufus sacó a relucir su faceta de intérprete en versiones como el 'Halelluya' de Leonard Cohen, aunque su música no está siempre a la altura de su talento. Por su parte The Flaming Lips volvieron a mostrar su divertido espectáculo visual. La banda de Wayne Coyne cuida tanto la puesta en escena que en ocasiones acaba estando muy por encima de la propia música que interpretan.

Entonces apareció Wilco

La noche del viernes se recordará por la primera actuación de Wilco en Oporto. La banda de Chicago es una garantía de éxito para cualquier festival y en Oporto volvió a enamorar al público con un concierto magnífico que repasó su amplio cancionero. La banda de Jeff Tweedy no tendrá un gran 'hit' festivalero, pero tienen suficientes buenas canciones para ofrecer repertorios muy diferentes pero igual de constantes. El grupo comenzó con 'The art of almost' y tocó temas como 'Imposible Germany', 'War on War'o 'Dawned on me'. Un espectáculo soberbio que confirma de nuevo que Wilco es una de las bandas más importantes del mundo sobre un escenario. Un concierto para enmarcar que tocó todos los palos de su carrera desde los días más salvajes del 'Yankee Hotel Foxtrot' a las dulces armonías del 'Sky blue Sky'.

La tormenta del sábado

El sábado amaneció gris y pronto asomó la lluvia. Un goteó constante que variaba de forma, inclinación y grosor. Horas y horas de tormenta constante. La climatología tumbó el esperado concierto de Death Cab for Cutie, el retraso que provocó la tormenta chocaba con sus planes de vuelo y no llegaron ni a asomar sus instrumentos al escenario. El plantón de los de Washington se suma al de Björk y al de Explosions in the Sky en un sucio borrón en la intachable presentación en sociedad del festival. La intensa lluvia dejaba charcos, creaba lagunas y llevaba más público a las carpas. De eso se benefició Baxter Dury. El británico ofreció una actuación completa y muy pop con temas como 'Isabel', 'Hotel in Brixton' o 'The sun'. Buena dosis de elegancia en una banda con un futuro más que interesante.

La lluvia no fue obstáculo para las actuaciones de Spiritualized y ya había cesado cuando The Afghan Wings subió al escenario. Aunque para entonces había llegado la hora de visitar a The Dirty Three. La banda de Warren Ellis, compañero de batallas de Nick Cave, ofreció un recital instrumental de batería, bajo y violín. Un concierto espectacular y diferente marcado por el talento, carisma y humor de un músico que supo meterse en el bolsillo al público con una propuesta complicada, además de competir en horario con King of Convenience, una de las bandas con más audiencia a pesar de lo poco entretenida que resulta su propuesta musical. El domingo cerró el festival Jeff Magnum y Veronica Falls con dos actuaciones cada uno en el recinto urbano del festival. Un buen broche final para un balance muy positivo de la primera edición del Optimus Primavera Sound. Un festival asequible, manejable, en un recinto precioso y con una propuesta musical sin grandes nombres pero repleta de talento y buenas propuestas. La Primavera llegó a Oporto y parece ser que para quedarse en la ciudad.

 
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