Historia de la Eurocopa: del nacimiento de la Araña Negra a la España del 'tiqui-taca'

FRANCIA 1960: EL TORNEO DE LA 'ARAÑA NEGRA'

Tan sólo 17 selecciones se inscribieron para la primera competición europea de selecciones, continuación del éxito obtenido con la aparición de la Copa de Europa de clubes en 1955. De hecho, la negativa a participar de selecciones como Italia, Alemania Occidental o los equipos británicos puso en entredicho la calidad del torneo que se jugó a partir de octavos de final. La fase final se disputó entre 6 y el 10 de Julio de 1960 en Francia, en los estadios en el Stade Vélodrome (Marsella) y el Parc des Princes (Paris).

La URSS, liderada en la portería por la 'araña negra', Lev Yashin, se llevó el torneo en un partido final disputado en el Parque de los Príncipes de París frente a la selección de Yugoslavía. En el tiempo de prolongación, un cabezazo de Viktor Ponedelnik puso por fin el 2-1 en el marcador de estadio parisino. La selección española con jugadores de la talla de Súarez, Tejada, Kubala, Di Stéfano y Gento caería en cuartos de final por razones políticas, al cruzarse con la URSS y renunciar al partido.

ITALIA 1968: LA SUERTE ITALIANA

En 1968, el Campeonato de Europa de Naciones se convirtió en el Campeonato de Europa de la UEFA en 1968. 31 equipos del viejo continente participaron en total. Lograron el pase a esta fase de cuartos: España, Bulgaria, URSS, Yugoslavia, Hungría, Italia, Inglaterra y Francia. Tras los cuartos disputados en dos partidos (ida y vuelta), Italia, URSS, Yugoslavia e Inglaterra pasaron a la fase final, que se disputó en Italia entre los días 5 y 10 de Junio de 1968.

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La suerte, la de una moneda, decidió que el la anfitriona accediese a la final tras un empate sin goles ante la URSS. El Olímpico de Roma albergó la finalísima entre yugoslavos e italianos que en su primer envite no encontró campeón. La Yugoslavia de Osim y Dzajic, de juego vistoso, se adelantaría en la final con un tanto de Djajic pero Domenghini estableció el empate con un potentísimo libre directo cuando se creía el torneo decidido. Dos días después, Italia resolvió en la primera media hora con goles de Riva y Anastasi para adjudicarse su primera Eurocopa. La suerte así lo quiso.

BÉLGICA 1972: LA BRILLANTE BATUTA DE FRANK BECKENBAUER

En un contexto de grandes cambios sociales gracias, con el eco de la Guerra de Vietnam, se produjo una revolución en el fútbol. Brasil levantaba su tercer entorchado en México y se extendió en el balompié el gusto por su juego vistoso y alegre. En Alemania floreció la semilla del "jogo bonito" durante los primeros años de esta década de los 70. Contaba la selección alemana con el agitador necesario de esa revolución: Franz Beckenbauer, el que creó y reinventó una posición, la de líbero. Le acompaña un gran elenco formado por estrellas como Netzer, Heynkes, Höeness o Muller. En la final disputada en Bruselas la apisonadora alemana fue imparable. El monólogo germano se convirtió en un 3-0, con goles de ?Torpedo' Müller y otro de Wimmer que le dieron su primer entorchado continental. La misma generación que se coronaría campeona del mundo dos años después.

YUGOSLAVIA 1976: UN TAL PANENKA

La Eurocopa de 1976 fue organizada en Yugoslavia entre el 16 de junio y el 20 de julio de 1976. Con la selección alemana buscando revalidar el título y recién encumbrada como campeona del mundo, comenzó el torneo. Checoslovaquia, Gales, Yugoslavia, España, Holanda, la URSS, Bélgica y Alemania Federal superaron la criba y, en cuartos, a los españoles les tocó el peor rival, los germanos. 1-1 en el Vicente Calderón y 2-0 en la vuelta para quedar eliminados.

A la final llegarían germanos y una indomable Checoslovaquia que venía de dar la sorpresa al eliminar a la Holanda de Johan Cruyff. Se adelantaron con un 2-0 que parecía condenar a los alemanes. Pero hubo remontada. En la tanda de penaltis llegaría el último de los checos lanzado con maestría por Antonin Panenka. Un penalti histórico, enviado por el centro, a media altura, largamente repetido. El fallo de Uli Höeness dio su primera Eurocopa a Checoslovaquia, con la pena máxima más famosa de todos los tiempos.

ITALIA 1980: ALEMANIA RECUPERA EL TRONO EUROPEO

Fue con Eurocopa italiana de 1980 cuando comenzó la "era moderna del torneo". Hubo varias novedades como la celebración de la fase final del torneo íntegramente en una nación; la creación de un sistema de grupos, o la invitación directa del país anfitrión. Alemania llegaba con la espina clavada de aquel penalti lanzado por Panenka cuatro años antes que le daba la victoria a Checoslovaquia y plagado de jugadores de calidad como Rummenige, Müller o Schuster. España sólo logró un empate en el partido contra la anfitriona, Italia, en un encuentro que dejó para el recuerdo un larguero de Juanito. Se perdió contra Bélgica e Inglaterra, ambos encuentros por 2-1. Tras caer eliminada Kubala dejaría su puesto.

La sorpresa la daba una potente Bélgica que logró doblegar a la anfitriona para entrar en la final. Allí le esperaba la Alemania de Horst Hrubesch. La selección germana comenzó adelantándose con un gol del potente delantero, pero un penalti convertido por Vandereychken llevó el empate al marcador en el minuto 72. Otro cabezazo de Hrubesch a sólo dos minutos del final dio un título a una selección llena de calidad y potencia.

FRANCIA 1984: FRANCIA INAUGURA SU CASILLERO DE LA MANO DE PLATINI

La Eurocopa disputada en Francia en el año 1984 introdujo la espectacularidad al torneo. Se dispusieron 7 estadios diferentes, todo el país galo era una fiesta. El torneo había sufrido nuevos cambios y se montó una ronda de semifinales tras la fase de grupos de la fase final, desapareciendo el tercer y cuarto puestos.

Y la anfitriona no defraudó a su público. La Francia de Alain Giresse, Jean Tigana, Luis Fernández y sobre todo, el genial Michel Platini, saldó la deuda gala con el torneo, tras vencer en la final a España. Un tiro de Piatini (min. 57) se convirtió en gol tras un grave error del portero español Luis Arconada y Bruno Bellone remató el partido en los últimos minutos para fijar el marcador de 2-0. Francia era campeona por primera vez en su historia y España acariciaba el título con un autogol.

ALEMANIA 1988: LA NARANJA MECÁNICA

La Eurocopa de 1988 encumbró a tres jugadores, el conocido como "trío de ases" de la selección holandesa: "El Tulipán Negro", Ruud Gullit; Van Basten conocido como "El Delantero Total"; y Frank Rijkaard "El Todocampista". Debido al éxito obtenido en la edición anterior, se mantuvo la fase final de ocho equipos en dos grupos.

Alemania Federal era favorita como organizadora. Un buen equipo, y el público a favor, como en el 74. Pero Holanda se tomaría cumplida revancha, al eliminarla por 1-2 en Hamburgo. En la otra semifinal, la URSS pudo con el 'catenaccio' italiano (2-0). La final entre Holanda y URSS tuvo un gusto a revancha en el estadio olímpico de Múnich, tras la victoria de los soviéticos en la primera ronda. Gullit y Van Basten acabaron con el mejor portero del momento, Rinat Dassaev. El prodigioso gol de volea de Van Basten es uno de los recuerdos más nítidos e históricos de toda la historia del torneo.

SUECIA 1992: LA HAZAÑA DANESA

Fue el verano de ensueño en Dinamarca. La selección de Yugoslavia, anteriormente clasificada para disputar esta fase final, era apartada del torneo debido al estallido de la Guerra de los Balcanes . En su lugar la Federación Internacional de Fútbol, la FIFA, decidió incluir a Dinamarca, cuyos jugadores ya se encontraban de vacaciones. Michael Laudrup rechazó el ofrecimiento. Demasiado improvisado. Y Dinamarca dio la sorpresa dejando en la estacada a equipos como la Francia de Platini o la campeona Holanda. La España de Vicente Miera ni siquiera llegó a Suecia.

Dinamarca se plantó en la primera final de su historia, el 26 de junio en Goeterberg. Enfrente, los potentes germanos. Con un juego simple, entusiasta y espontáneo y contra todas las expectativas se llevaría el torneo. El 0-2 final, con goles de Jensen y Vilfort culminaron la hazaña de un grupo de amigos. Algo dicen que irrepetible.

INGLATERRA 1996: LA TRIPLE CORONA ALEMANA

"Football is coming home", resonaba en toda Inglaterra los días antes de la celebración de la Eurocopa. El fútbol volvía a casa, a la cuna donde nació. Se llenaron los estadios, todo el país enarboló la bandera europea. Y la selección inglesa se las prometía felices ante rivales, a priori, no superiores. Pero como había preludiado Gary Lineker años antes, "el fútbol es un deporte de once contra once, que inventaron los ingleses, y siempre gana Alemania". E Inglaterra chocó en semifinales contra el equipo germano de Oliver Bierhoff, entre otros, que conseguiría la triple corona. Lo hizo en la final disputada frente a la República Checa de Poborsky y Nedved. En Wembley, y con la novedad del Gol de Oro (gol en la prórroga que da por terminado el partido), Bierhoff estableció el definitivo 2-1 a los 95'.

La España de Clemente, tras un comienzo dubitativo, se plantó en cuartos de final en Wembley. Dos goles mal anulados a los españoles y una fatídica tanda de penaltis, con el lanzamiento al larguero de Nadal, hacían chocar a los españoles con su bestia negra: los cuartos de final.

BÉLGICA Y PAÍSES BAJOS 2000: EL SINO DEL GOL DE ORO

Otra vez los cuartos de final. España volvió a caer en esa fase de la Eurocopa disputada en Bélgica y los Países Bajos, un campeonato que estrenaba el formato de doble organización. Lo hizo frente a la que a posteriori sería campeona, la Francia de Zidane, con la decepción del penalti fallado por Raúl y el 1-2 final en el casillero.

La campeona del mundo, Francia, extendería su dominio en una final disputada en Rotterdam en el estadio del Feyenoord, ante el 'catenaccio' italiano que había dejado en semifinales a una poderosa Holanda en la tanda de panaltis. En la final se adelantaría Italia con un gol del romanista Delvecchio. Cuando todo parecía decantado a favor del fútbol del muro italiano, Wiltord empataba al filo del minuto 90. Y en la prórroga el Gol de Oro de Trezeguet daba su segunda Eurocopa a Francia, que confirmaba que el Mundial no había sido una casualidad.

PORTUGAL 2004: GRECIA ALCANZA EL OLIMPO EUROPEO

La selección griega, obreros del torneo con un fútbol arcaico, se llevaron por sorpresa la edición de la Eurocopa disputada en Portugal en el año 2004. El torneo empezó como terminó, con Grecia ganando a Portugal por 1-2 en el partido inaugural. Con la excepción de que en la final frente a los anfitriones bastó con un solitario gol de Charisteas. La "Generación de Oro" del fútbol portugués, los Deco, Figo o Cristiano Ronaldo no pudieron entonar el fado de la victoria en el último suspiro.

La Eurocopa del 2004 supuso el triunfo del trabajo frente a la calidad, del rigor y la disciplina. Y el fracaso de las grandes marcas europeas como Alemania, Italia o España que no consiguió pasar de primera ronda. El combinado de Iñaki Sáez fue de más a menos en el campeonato y se despidió en un encuentro decepcionante ante Portugal.

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