"El revisionismo coincide básicamente con la llegada al gobierno del PP en 1996"

En 'Hoy por Hoy', Julio Aróstegui, uno de los 32 historiadores que ha participado en este diccionario alternativo a la versión de la Real Academia de la Historia ha reflexionado sobre el revisionismo.

'En el combate de la historia: la República, la Guerra Civil y el Franquismo' (Editada por Pasado y Presente) es un diccionario coordinado por Ángel Viñas. Surgió en respuesta al Diccionario Biográfico Español que suscitó la polémica por el tratamiento que daba a Franco, Negrín o Azaña.

Julio Aróstegui, Catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense y Director de la Cátedra de Memoria Histórica del Siglo XX es contundente: "el Diccionario es una empresa desgraciadísima que nos pone a todos en un brete. Es lamentable". Por eso, se sumó al proyecto coordinado por Ángel Viñas y en el que participan investigadores de reconocido prestigio, como Paul Preston o Antonio Elorza.

Las mil páginas de este libro pretenden contrarrestar los 50 volúmenes del Diccionario Biográfico Español, que irritó a la opinión pública por la benevolencia con la que trató, entre otros, a Francisco Franco. Hay pocos historiadores profesionales en el revisionismo Aróstegui sostiene que " el fenómeno del revisionismo coincide, curiosamente, con la llegada al gobierno del Partido Popular en 1996 . A partir de ahí se ha desencadenado esta ofensiva del neofranquismo y de una serie de publicistas. La historia no es un coto cerrado, porque de historia puede opinar cualquiera, pero estos chicos revisionistas tienen a pocos historiadores profesionales en sus filas".

Se muestra convencido de que la buena salud del revisionismo se puede acotar a los años finales de los '90 y la primera década del nuevo siglo y no esconde que el origen de la controversia es ideológica: "la razón es ideológica, la llegada al poder de la nueva derecha española no es ajena al fenómeno. En principio, esto era novedoso, atractivo y también hay que reconocer que alguno de estos publicistas no escribe mal". A pesar de ese nexo temporal, reconoce que "la derecha española no reivindica el legado franquista de manera clara. No cabe perder de vista que si no hay una extrema derecha potente, es porque está absorbida por la derecha oficial".

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El fenómeno del revisionismo tiene un componente político evidente y por ello cree que es importante no olvidar que "estas cuestiones llegan al corazón de la cultura de un país". ¿Franco fue totalitario o se quedó en autoritario? Una de las principales polémicas del Diccionario fue la voz redactada por Luis Suárez sobre Francisco Franco. Aróstegui asegura que "el texto contradice de una manera desinhibida los propios discursos de Franco que conocemos en grabaciones cinematográficas. Franco dijo "crearemos un estado totalitario".

El problema del Diccionario es quién ha controlado eso y el seguimiento del rigor de lo que 5.000 personas han aportado. No entendemos cómo eso ha podido pasar. Es Inexplicable". Uno de los motivos de la polémica se podría encontrar en la propia estructura de la Academia de la Historia: "es un organismo muy antiguo, fundado en el siglo XVIII y no ha evolucionado al ritmo de los tiempos. Las propias normas que rigen la Academia no garantizan en absoluto que los mejores historiadores estén en ella".