Shuarma vuelve con 'Grietas', su disco "más rotundo, más visceral, más crudo"

Pelo corto, gafas de sol permanentes y americana. Shuarma presenta nuevo disco y, aunque él dice que no es un cambio respecto a lo anterior sino "una evolución", las diferencias son evidentes. Por dentro y por fuera.

El wabi-sabi es un concepto estético japonés que se basa la simpleza de todo lo que nos rodea. Aquí, en occidente, las cosas son muy distintas. Shuarma lo explica: "Cuando surge una grieta en la pared, la tapamos, una mancha de humedad, pintamos encima... intentamos que no se vea el paso del tiempo, probablemente porque tenemos miedo porque el paso del tiempo siempre nos lleva al final y a la muerte y no queremos asumirlo". Pero para él, las grietas son parte del camino: "Una grieta es como una arruga: las tienes porque has vivido, porque han pasado muchas cosas".

El último trabajo de Shuarma se llama Grietas. Según el exlíder de Elefantes, "es un disco que habla del paso del tiempo, de no tener miedo, de ver cómo esos pequeños accidentes que va dejando el tiempo como algo positivo". Asegura que con Grietas no pretendía cambiar y que la mayor diferencia respecto a trabajos anteriores es que ha soltado el peso de Elefantes". No sabe muy bien cómo explicar "ese peso" pero lo que deja claro es que la huella de su anterior grupo, a pesar de que se disolvió hace ya seis años, seguía presente: "Siento como que empieza ahora mi carrera en solitario", afirma.

En esta ocasión, ha contado con la experiencia a la producción de dos viejos amigos, Santos y Fluren, que hacen que todo lo que tocan se convierta en éxito. Por sus manos han pasado, entre otros, Sidonie y Love of Lesbian, grupos que, por cierto, le gustan mucho a Shuarma: "Yo era de los que pensaba que la buena música ya se había hecho, pero he descubierto muchas cosas nuevas. Es un momento espectacular en la música... yo creo que estamos subiendo el nivel".

No sabemos si ha sido cosa de Santos y Fluren o del propio Shuarma, pero el caso es que el artista ha decidido colgar su guitarra acústica - salvo para los directos de la promoción - y coger la eléctrica. Dice que Grietas "es un disco duro" y que el directo también lo es porque "se oyen los agujeros, la crudeza". Cuando entraron en el estudio, Shuarma no le había enseñado las canciones a los músicos así que se improvisó mucho: "Lo que se oyen son primeras tomas y hay fallos, ruidos, cosas... todo eso suma a la energía del disco y le dan mucha humanidad porque la música no es perfecta".

Lleva 20 años dedicándose a la música. Cuenta que todo empezó en los años 80, en un concierto de Rod Steward en Barcelona: "Recuerdo pensar "yo quiero ser como ese", el tío se lo estaba pasando de la hostia". Y desde entonces no ha hecho otra cosa que intentarlo. Asegura que dentro de 10 años se ve como ahora: "Me gusta la vida que estoy llevando, me veo donde estoy". Se le olvida decir que, entonces, podrá sumar más grietas a su camino.