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El trasfondo de los recortes educativos en Valencia

Las aulas valencianas pagan la crisis y el despilfarro de años con cortes de calefacción, racionamiento de tizas o fotocopias y la amenaza de cierre de comedores y rutas escolares

Las protestas y las cargas policiales en Valencia tienen un trasfondo de recortes que mantienen al borde de la asfixia al sistema educativo tanto público como privado, desde las escuelas infantiles hasta la Universidad. Y todo en una comunidad autónoma con una de las tasas más altas de fracaso escolar de España, próxima al 40%

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Los cerca de 1.500 colegios e institutos públicos de la Comunidad Valenciana no cobran desde septiembre los gastos de funcionamiento. Hasta hace apenas unos días, esa deuda se remontaba al mes de mayo de 2011 pero en enero la Generalitat comenzó a pagar parte de las cantidades pendientes. Con todo, los sindicatos calculan que de media, cada centro acumula una deuda en torno a los 50.000 euros. Algo que se traduce en cortes puntuales de suministros como luz o calefacción en algunos centros, y en el racionamiento diario de material escolar. "Las tizas las tenemos contadas, y en la escuela de música contigua a nuestro centro, ya no hay dinero ni para folios ni para fotocopias, así que o el profesor se paga las fotocopias de su bolsillo o tiene que pedir a sus alumnos que las hagan ellos", explica Julián Jiménez, profesor interino de Geografía en el instituto Jorge Juan, de Alicante, en el que estudian 750 alumnos de ESO, Bachillerato y ciclos fomativos de FP.

Los recortes alcanzan también al personal docente. El sindicato STES calcula que el sistema educativo valenciano ha perdido 2.500 profesores. Y eso, además del impacto sobre el empleo, tiene repercusiones directas sobre la calidad de la educación y el funcionamiento directo en las aulas. "Para empezar, se está registrando ya hacinamiento en las aulas. El número de alumnos por clase se ha disparado hasta alcanzar las ratio máximas. En Eso calculamos que la media se sitúa ya en los 33 alumnos y en Bachillerato en 35, aunque nos consta que hay centros donde ya hay 40 alumnos por clases", explica Marc Candela, secretario de Acción Sindical de STES. "En 2009 yo tenía en clase unos 21 ó 22 alumnos, y ahora cuento con diez más. Si tengo algún estudiante con alguna necesidad especial ¿alguien puede explicarme cómo atenderle correctamente?", se pregunta Julián Jiménez.

Comedores y rutas escolares, en la cuerda floja

Los impagos están empezando a poner en peligro la pervivencia de comedores y rutas escolares en muchos colegios que, si no reciben pronto el dinero, tendrán sencillamente que suprimir esos servicios. Complicada es también la situación de las 300 escuelas infantiles privadas de la comunidad pendientes de cobrar el cheque escolar que precisan para su funcionamiento y para pagar en parte a su personal.

Igualmente crítica es la situación de las Universidades a las que la Generalitat adeuda 800 millones de euros.

Los recortes en Valencia se suman a la crítica situación económica en una Comunidad que, según denuncia la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública, se ha desangrado en fastos y boatos, descuidando la inversión pública en educación. "El resultado es un cóctel explosivo que nos retrotrae a una situación de hace 30 años y en la que son las aulas las que pagan los platos rotos de tanto despilfarro", explica Marc Candela.

 
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