Los aficionados que se dieron cita en San Siro terminaron el partido a gritos de «Mourinho, Mourinho» El conjunto interista tuvo las ocasiones pero el Bolonia tuvo el acierto de cara al gol. Sobre todo en la primera parte, cuando Di Vaio en apenas un minuto (en el 37 y 38) puso el sonrojante, para los locales, 0-2. Antes, el encuentro fue dominado por un Inter cómodo sobre el césped, que no recibía peligro y que encontraba las ocasiones con aparente comodidad. Así, la primera clara para los locales fue del brasileño Maicon, que remató a placer un córner pero el remate fue al portero. Después, ya en el 30, el ex del Atlético de Madrid, Diego Forlán, tuvo su oportunidad al desmarcarse por la banda izquierda y buscar el tiro cruzado. El gol no llegaba pero el rival tampoco exigía como para preocuparse. Fue entonces cuando vino el minuto fatídico. Primero Diego Pérez asistió a Di Vaio para batir a Julio César y, tras el saque de centro, Ranocchia controlaba de forma arriesgada el balón, sin percatarse de la presencia del goleador visitante, que hacía el segundo en su cuenta y en la de su equipo. El partido se fue al descanso con un Inter muy tocado y un Bolonia crecido. En la segunda parte, el conjunto local lo intentó pero casi siempre sin fe y quizá echando de menos a Diego Milito. Los de Bolonia se encontraron cómodos, no arriesgaron y forzaron al Inter a jugar con prisas y sin claridad en el ataque. Así, las ocasiones ni siquiera llegaron a ser claras y el resultado no se movió hasta la sentencia visitante en los pies de Acquafresca (0-3). El Inter de Claudio Ranieri cuenta sus partidos por derrotas, hace dos semanas perdía contra la Roma por un abultado 4-0 y la última jornada perdía en casa de nuevo, esta vez contra el colista de la Serie A, el humilde Novara