Cruz Roja, obligada a suspender el reparto de alimentos a más de un millón de somalíes

A punto de cumplirse 6 meses desde la declaración oficial de hambruna por parte de Naciones Unidas en seis regiones de Somalia la decisión que se ha visto obligado a tomar el Comité Internacional de la Cruz Roja deja sin alimentos a un millón 100.000 somalíes que dependían de sus repartos.

El CICR es uno de los pocos organismos que distribuía comida dentro del territorio somalí pero después de que la milicia islamista de Al Shabab haya bloqueado algunas de estas distribuciones en la zona más afectada por la hambruna, Anna Shaft portavoz del CICR en Nairobi ha explicado, en declaraciones a la Cadena SER, que se han visto forzados a paralizar la ayuda. "Hemos suspendido de modo temporal la distribución de alimentos en el centro y en sur de Somalia. Las consecuencias son realmente duras para la gente allí. Tratamos de entregar alimentos a un millón cien mil personas, pero nos bloquearon las entregas, y no podremos seguir haciéndolo" ha asegurado la Delegada de Comunicación del CICR en la capital Keniata donde se encuentra por razones de seguridad la sede de este organismo para Somalia.

Cruz Roja mantiene negociaciones con las autoridades somalíes y con las milicias pero no volverá a repartir alimentos hasta que no se instauren condiciones de seguridad mínimas. Se trata de una medida extrema que ha sorprendido a buena parte de la comunidad humanitaria porque el CICR era junto a Médicos Sin Fronteras y Acción Contra el Hambre una de las pocas organizaciones que no habían dejado de prestar ayuda dentro de Somalia desde hace más de 20 años de guerra y atentados permanentes. Al inicio de la enésima crisis humanitaria en suelo somalí el pasado mes de julio cuando se declaró oficialmente la hambruna por parte de Naciones Unidas el CICR distribuía por todo el país centenares de toneladas de alimentos a través de un sistema de convoy de camiones por tierra desde Kenia y del puerto de Mogadiscio con buques que trasladaban ayuda humanitaria.

Como consecuencia de esta crisis humanitaria centenares de miles de somalíes han huido hacia Kenia y Etiopía, nadie se atreve aun a cifrar el número de niños fallecidos a consecuencia de la desnutrición generada por la destructiva mezcla de la peor sequía que afecta al Cuerno de África en 60 años y al enquistado conflicto somalí. Precisamente en el mayor campo de refugiados del mundo, el de Dadaab en la frontera de Kenia con Somalia se produjo hace 3 meses el secuestro de 2 trabajadoras españolas de Médicos Sin Fronteras.