Benzema destroza al Granada

El Madrid se sabía tan superior al Granada que hizo lo justo y necesario para ganar. A los de Mourinho le valió con embestir en los comienzos de los dos actos para sentenciar el partido. Un encuentro que sirvió a Mourinho para probar una nueva pareja de centrales, Ramos y Varane, y para confirmar el buen estado de forma de Benzema, autor de dos goles, que salió de inicio junto con Higuaín. Se confirmó también que la relación anda algo maltrecha últimamente entre el Bernabéu y Cristiano, que no quiso celebrar su tanto, el último de su equipo.

Después de la reprimenda pública de Mourinho a los suyos tras el partido de Copa ante el Málaga, los madridistas lo tenían claro. Solventar el partido por la vía rápida. Así, los primeros minutos fueron un auténtico asedio de los blancos sobre el área de un Granada impresionado por su vuelta al Santiago Bernabéu 36 años después.

Los primeros compases del partido estuvieron dominados por los de Mourinho, que salieron en tropel. Un Madrid mandón se adueñó de la pelota y se asentó en el área de los andaluces, que necesitaron 20 minutos para acostumbrarse a la inmensidad del coliseo blanco. Lo que tardó el Madrid en marcar su primer gol. Una conexión perfecta de Cristiano y Özil, un toque sutil del alemán y un remate de Benzema. Gol del Madrid y reacción granadina. Todo en uno. Porque dos minutos después del tanto del galo empató el Granada.

Un error de la zaga blanca calcado a los que le costaron a los blancos dos goles el pasado martes. De nuevo un balón aéreo. De nuevo un gol en contra. Y Mourinho maldiciendo en la banda, que no entendía cómo Mikel Rico cabeceaba en el área pequeña libre de marca. Renovó el portugués la pareja de centrales, Ramos y Varane ocuparon un centro de la zaga que el martes comandaron Albiol y Pepe, pero ni por esas.

Pasó que el Granada, ya familiarizado con los focos, se envalentonó y empezó a merodear el área de Casillas. Sufría el Madrid, que se desconectó del partido, que se dejaba espacios, que permitía internadas y que temblaba ante un Granada valiente. Pero cuando más le costaba respirar a los blancos un testarazo de Ramos le dio aire. El sevillano cabeceó con contundencia una buena asistencia de Özil, una más, y diez minutos antes del descanso se templó el ambiente, un tanto enrarecido por la reacción granadina.

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El Madrid salió la segunda mitad tan entusiasmado por sentenciar el partido como lo hizo en el arranque. El cara a cara con Mourinho en el vestuario activó a los madridistas. Sólo habían pasado dos minutos del segundo acto cuando Higuaín pescó un balón en una jugada trabada para firmar el tercero. Fin de las dudas, que desaparecieron por completo sólo tres minutos después. El autor, Benzema. Gol y cambio para el francés, que volvió a lucirse ante un Bernabéu que lo venera. El galo, que con molestias tuvo que ser sustituido justo después de su segundo tanto, recibió una ovación de un público agradecido y que hace tan sólo un año lo tenía en el punto de mira.

El partido, ya decidido, empezó a morir pero Cristiano Ronaldo no tenía intención de parar. Ni mucho menos. El luso, obsesionado por sus marcas personales, lo intentó de todas las maneras posibles. La mayoría de las veces solo. Y no paró hasta conseguir un gol. Un tiro potente desde la frontal del área redondeó el marcador, 5-1. Pero ni el tanto contentó al portugués, que ni lo celebró.

El Madrid consigue mantenerse en lo más alto de la tabla tras una goleada ante un Granada más que digno, que no pudo soportar las embestidas blancas en los comienzos de los dos actos.