Ni el Barça ni el Madrid, en El Hierro ganó La Restinga
La Restinga, que vive una erupción en su costa desde hace dos meses, congregó a unas 200 personas, entre herreños y visitantes, que vieron el 'clásico' en una pantalla gigante con sonido 'Carrusel'. La iniciativa partió de una asociación juvenil, que logró devolverle la 'vida' por unas horas, a esta población del sur de El Hierro.
Fotografía tomada por científicos del IGN-CSIC desde una embarcación de Salvamento Marítimo. Se trata de una emisión de material magmático propia de la evolución del fenómeno eruptivo.
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Este sábado hubo un lugar donde no ganó ni el F.C. Barcelona ni el Real Madrid. Hubo un sitio donde, aunque los colores se llevaran por dentro, o por fuera (varios aficionados se pintaron la cara de los colores de su equipo), todos se sintieron ganadores. Una pequeña población donde sus 500 habitantes respiraron un poquito más al finalizar el "clásico". Un rincón tan especial que vivió el partido más esperado del año por madridistas y culés justo al lado de un volcán en plena erupción. Porque, aunque en el Bernabeu ganó el Barça, 1-3, en El Hierro ganó La Restinga.
Este 10 de diciembre se cumplían dos meses desde que comenzara aquí, al sur de la denominada isla del Meridiano, en el Mar de las Calmas, una erupción submarina que provocó, un día después, el 11 de octubre, que las autoridades regionales del Plan de Protección Civil por riesgo volcánico (Pevolca), tomaran la decisión de desalojar por primera vez La Restinga y elevar el semáforo de riesgo a rojo. A esa ocasión, y tras varias semanas fuera de sus casas, le siguió una segunda. Las consecuencias: una población resignada a que su medio de vida, la pesca, el turismo de buceo, y los establecimientos alojativos y hosteleros que han vivido de quienes han acudido en los últimos años, a disfrutar de los fondos marinos de la Reserva Marina de la Biosfera de El Hierro, desapareciera de un plumazo, o de un soplido. Del soplido del volcán.
Hace pocos días, el semáforo volvió, por decisión de las mismas autoridades, a color amarillo en tierra; aunque sigue rojo en la zona marina. El comité director del Pevolca y la población se reiteran: "en La Restinga no pasa nada". Si acaso, a veces "le da -al volcán- por lanzar piroclastos de esos". Se refieren al material magmático humeante que se han visto en superficie ya varias veces en las últimas semanas. Pero lo cierto es que La Restinga no logra, o no lograba, despegar.
Ha sido precisamente este sábado, y gracias a la iniciativa de una asociación juvenil, Azofa, cuando esta población ha vuelto a sentirse viva. Bastó una iniciativa de un grupo de chicos y chicas de San Andrés (en Valverde, capital de la isla), para que, en forma de caravana solidaria, consiguieran congregar a dos centenares de vecinos y visitantes para ver el clásico a la orilla del volcán (cantidad bastante aceptable de personas si tenemos en cuenta que en la isla viven 10.000 personas). Y aunque el viento impidió que fuera así, literalmente, y finalmente hubo que ubicar la pantalla, cedida por el ayuntamiento de El Pinar (a donde pertenece La Restinga), en la plaza del pueblo, la sonrisa de todos quienes se reunieron para ver el 'clásico', con sonido de 'Carrusel Deportivo', fue la gran triunfadora, sin ninguna duda. Un 10 de diciembre para no olvidar que, aunque haya un volcán en erupción, que sigue siendo estudiado de cerca por los científicos sin descanso, sigue siendo un lugar perfecto para olvidarse del mundanal ruido. Menos este sábado por la noche. Que ha habido fútbol.
