La diabetes según un niño afectado: "Tenemos mal el páncreas, está vago"

La diabetes es una enfermedad que afecta casi al 14% de la población española. Un 6% no sabe que la padece. Unos 30.000 niños menores de 15 años tienen diabetes. Álex es uno de ellos y cuenta en primera persona lo que significa crecer con ella

Álex, de siete años se comporta como un niño como cualquier otro hasta que saca una especie de estuche con varios bolígrafos de colores con los que se pincha el dedo y se hace sangre sin dudar. Tiene diabetes tipo 1 o como explica él mientras revisa el material: "tenemos mal el páncreas, está vago, y nos tenemos que pinchar insulina y hacernos control a la hora de comer, de cenar, de desayunar y también por la noche".

En pocas palabras su madre Alicia también resume su rutina: Se mide los niveles de glucosa y se picha para regular sus niveles de azúcar.

"621 tenía el día en el que le diagnosticaron por primera vez diabetes", recuerda su madre. Desde muy pronto su hijo tenía un comportamiento extraño. "Jugaba menos de lo normal, tenía siempre sed y orinaba mucho". Pero nunca imaginamos que podía ser diabético. Con 15 meses y durante un viaje a Galicia los leves síntomas de su hijo se agravaron y tuvieron que llevarle a urgencias. "Allí tampoco sabían qué le pasaba". Pasaron muchas horas hasta que a una enfermera cayó en hacerle unas pruebas con un aparato para medir el azúcar. "El glucómetro", aclara el niño.

"Me alegré de que no fuera nada más grave porque con la diabetes no te mueres", dice. A partir de este día pasaron de no saber qué era ser diabético al sacrificio que supone serlo.

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Debutar en la diabetes de niño

Sus abuelos eran diabéticos y ahora le había tocado a él. "Debutar en la diabetes", es la manera que tienen ellos de decir que te han diagnosticado la enfermedad por primera vez. Como muchos otros, sus padres no sabían por dónde empezar. A nivel familiar, uno de los dos tuvo que renunciar al trabajo para controlar las rutinas del niño. "Los médicos te informan, te cuentan, sobre cómo pincharle y lo que puede comer o no pero es el día a día el que te enseña", asegura Alicia.

La alimentación fue y es uno de los principales problemas para un diabético. "Hay que pesar todo, los hidratos, las frutas porque te das cuenta de que todo lleva azúcar". "Álex puede comer de todo pero en pequeñas cantidades, no se puede dar un atracón de galletas como otros niños". Le encantan los dulces pero su merienda es fruta.

El niño se pincha ante la atenta mirada de su madre. Acaba de aprender a hacerlo en un campamento organizado por la Asociación Madrileña de Diabéticos. Alicia destaca la importancia de integrarse en los colectivos de diabéticos porque "ni el colegio ni en su entorno hay diabéticos y las asociaciones ayudan".

Álex reclama a sus padres que le dejen dormir en casa de un amigo. "Nunca lo hemos dejado en casa de nadie porque no podemos dejar en manos de otro la responsabilidad de controlar su alimentación y los pinchazos", cuenta Alicia. Pero ahora lo van a intentar. En diciembre le dejarán un par de días en casa de otro niño diabético que han conocido a través de la asociación. Otro de sus deseos es que su madre deje de acompañarle en las excursiones del colegio.

Además de la alimentación, el niño tiene que hacer deporte por obligación ya que estabiliza los niveles de azúcar. "Tampoco puede despertarse a la hora que quiera, tiene que tener unos horarios ordenados, no se le puede juntar el desayuno de la comida".

El niño enseña con orgullo una placa que lo identifica como diabético: "Si me pierdo la gente sabrá lo que tengo para que no me pase nada". En el Día Mundial de la Diabetes piensa en otros niños que debutan en la diabetes: "No tengáis miedo, no pasa nada, sólo que a veces te duele la tripa pero no tenéis nada, sólo es diabetes".