Marcel Granollers vence a Juan Mónaco y conquista Valencia
El barcelonés recurre a la épica y a su genial golpe de volea para ganar a Mónaco 6-2, 4-6 y 6-4
A la segunda va la vencida. Después de caer el año pasado frente a David Ferrer en la final, Marcel Granollers consiguió por fin levantar el torneo en el que más ha rendido hasta la fecha.
No fue un partido demasiado cómodo, pero sí tremendamente disputado. Granollers y Mónaco, dos actores secundarios del circuito, situados en los puestos 34 y 41 del ranking irrumpieron en la final del torneo valencia con el objetivo de poner un broche de oro a sus respectivas temporadas.
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El primer parcial arrancó mejor para el español, mucho más ofensivo que el argentino, se encaramó en la red de primeras para colocar un casi definitivo 3-0 en el marcador del Ágora. A partir de ahí Mónaco empezó a soltar su afilada derecha y puso en aprietos algún saque de Marcel, pero nunca hasta quebrarlo.
Con 3-1, una controvertida decisión del juez de silla pudo alterar la placidez con la que manejaba el set el catalán, que finalmente se hizo y logró ganar ese juego y el set por claro 6-2.
Como casi siempre ocurre en el tenis, la complacencia se apoderó de nuevo del ganador del set y Marcel cedió su saque a las primeras de cambio. Ese breve sesteo le costó a Granollers mucho más de lo que él podría haber imaginado. El ir a remolque castigó sobre manera al español, que vio cómo el segundo set se le escapaba poco a poco. Al final, 4-6 y partido otra vez abierto para ambos.
La rabieta de Granollers le da alas
La tercera manga comenzó como la segunda, con un break tempranero de Mónaco, que casi saboreaba las mieles del triunfo, pero un pequeño detalle faltaba por entrar en el partido. Con 2-1 y 30-15, Marcel explotó contra el árbitro por lo que pensaba que ya eran dos o tres pelotas mal cantadas. "¡¡¡Mohammed!!!" berreó el barcelonés, habitualmente un tenista impasible y frío como el témpano.
Ese alarido despertó tanto al jugador como al público, que recordó que un jugador era más local que otro y se volcó con Granollers. A partir de ahí cada punto se convirtió una batalla distinta y el español sacó a relucir su golpe más sorprendente: la volea. Subió a la red hasta cuando restaba y apretó en cada servicio para poder alargar el partido. Así pudo romper el saque e igualar a 4.
Con 5-4, Mónaco regaló a su rival tres bolas de partido que salvó de forma milagrosa, pero la tendencia del partido ya estaba a favor de Granollers. Con el público enfervorizado, el catalán viajó en volandas por el 'tie break' para cerrar un fantástico torneo y lograr la victoria más importante de su carrera.
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