La investigación dice que Amy Winehouse murió por una ingesta excesiva de alcohol

La cantante británica Amy Winehouse había ingerido más de cinco veces la cantidad legal de alcohol permitida en sangre para conducir cuando murió el pasado 23 de julio. Así lo aseguran este miércoles varios medios de Reino Unido que se hacen eco de la investigación judicial del caso. La cantante de 'Rehab' o 'Back to Black' presentaba 416 miligramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre, según los investigadores, que han comparado esa cantidad con los 80 miligramos que se permiten para la conducción.

La vista, que tiene lugar en Londres, ha constatado también que Winehouse, que luchó contra una adicción a las drogas y el alcohol durante su breve pero exitosa carrera, no había bebido alcohol en todo el mes de julio de 2011 hasta el día antes de morir. Las pesquisas han respaldado los informes emitidos justo tras el fallecimiento, que aseguraban que la ganadora del Grammy había intentado huir del alcohol. Un guardia de seguridad comprobó el estado de la cantante a las 10 de la mañana del día en que murió en su casa de Camden, al norte de Londres, y pensó que estaba durmiendo. A las 3 de la tarde volvió a interesarse por ella y entonces llamó a los servicios de emergencias.

La investigación ha hablado de una muerte "desafortunada". Miembros de su familia, incluido su padre Mitch, han estado presentes en la vista, pero no han querido hacer declaraciones a los medios de comunicación que aguardaban a la salida. Se espera la emisión de un comunicado durante las próximas horas. La última actuación filmada de Amy Winehouse tuvo lugar en Serbia, el pasado mes de junio, cuando fue abucheada por un público que vio como luchaba para mantenerse en pie. Después de aquello, sus representantes cancelaron todos los conciertos programados para el verano. Los resultados de las pruebas toxicológicas publicadas en agosto aseguraban que no había sustancias ilegales en el cuerpo de la cantante cuando murió.