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Países Bajos y Finlandia vetan la entrada de Rumanía y Bulgaria al espacio sin fronteras Schengen

España, Francia y Alemania propusieron un acceso en dos fases: aeropuertos y fronteras terrestres

Países Bajos y Finlandia han vetado este jueves durante una reunión de ministros del Interior de la Unión Europea (UE9 la entrada de Rumanía y Bulgaria al espacio sin fronteras Schengen por considerar que ambos países "no hacen suficientes esfuerzos para luchar contra la corrupción y el crimen organizado".

El bloqueo se produce pese a que los 27 han realizado una evaluación completa del grado de preparación de Rumanía y Bulgaria y han concluido que "respetan todos los requisitos técnicos exigidos en materia de control de fronteras, visados o cooperación judicial".

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"Hasta que no tengamos plena confianza en que todas las reformas en el sistema judicial son eficaces e irreversibles, no podemos apoyar la entrada en Schengen de Rumanía y Bulgaria", ha dicho el ministro del Interior holandés, Gerd Leers. Ambos países han realizado "esfuerzos" en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, según ha admitido Leers, pero "los resultados no son suficientes, hay graves carencias que deben resolverse primero".

"El problema es que si los controles fronterizos son flexibles, hay grandes posibilidades de que los delincuentes se aprovechen de esta situación para traficar con mujeres jóvenes, armas o drogas. Esa es la situación y estoy preocupado por ello", ha sostenido.

El ministro holandés ha negado que su veto se deba a las exigencias de los extremistas de Geert Wilders, que apoyan al Gobierno. "No es verdad, es el sentimiento de todo el Gobierno y de todo el Parlamento", ha dicho.

Rumanía lamenta el cambio de reglas

Por su parte, el ministro del Interior rumano, Traian Igas, ha lamentado que "se cambien las reglas a mitad del juego". No obstante, ha anunciado que su Gobierno seguirá negociando con Finlandia y Países Bajos y que está convencido de que ambos países cambiarán de opinión.

El que se ha expresado con más dureza ha sido el ministro polaco, Jerzy Miller, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE. "Hoy se han roto las promesas hechas a Rumanía y Bulgaria", ha lamentado. Al mismo tiempo, ha recordado que a ambos países se les garantizó la entrada en Schengen cuando cumplieran los requisitos técnicos y acusando a holandeses y finlandeses de vulnerar el principio de "solidaridad".

La cuestión volverá a abordarse probablemente en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Bruselas los días 17 y 18 de octubre, según ha informado el secretario de Estado de Seguridad, Justo Zambrana, al término de la reunión. No obstante, la delegación holandesa ha dejado claro que no retirará su veto hasta el próximo informe de la Comisión sobre Rumanía y Bulgaria, previsto para febrero, si sus conclusiones son positivas.

Fórmula en dos fases

Para responder a las dudas de algunos Gobiernos, la presidencia polaca había preparado una fórmula en dos fases. En la primera, se suprimirían de inmediato los controles en los aeropuertos a los viajeros procedentes de Rumanía y Bulgaria, mientras que en una segunda etapa, en junio de 2012, se eliminarían las fronteras terrestres.

Alemania y Francia han presentado este jueves una última propuesta de compromiso según la cual no se fijaría una fecha para la apertura de fronteras terrestres, sino que se haría depender de una evaluación positiva de la supresión de los controles aeroportuarios. España ha apoyado esta solución, según Zambrana.

Pero la entrada en Schengen requiere un apoyo unánime de los Estados miembros. Y ni siquiera estas salvaguardas han servido para convencer a Finlandia y Países Bajos. Otros países inicialmente reticentes, como Francia, Alemania y Austria sí han levantado sus reservas.

 
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