El Gobierno griego anuncia un nuevo impuesto inmobiliario para recaudar 2.000 millones de euros
Papandreu afirma que el país está en una situación parecida a una guerra
El ministro de Finanzas de Grecia, Evangelos Venizelos, ha anunciado un nuevo impuesto para todos los dueños de cualquier tipo de propiedad inmobiliaria para recaudar cerca de 2.000 millones de euros de aquí a final de año.
El consejo de ministros extraordinario, que se prolongó durante cuatro horas, "decidió hacer frente a una situación especialmente crucial en Europa y en el mercado mundial, y hay que hacer un esfuerzo nacional", ha dicho Venizelos ante la prensa en Salónica (norte de Grecia).
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"La única medida que se puede implementar de inmediato es un impuesto adicional extraordinario sobre la propiedad inmobiliaria por dos años", informó. De media, se cobrará unos 4 euros por metro cuadrado, como mínimo 50 céntimos en las zonas más pobres y como máximo 10 euros en las áreas más adineradas del país. Además, los políticos y altos funcionarios renunciarán a una paga mensual de sus salarios.
Venizelos reconoció que la recesión que sufre Grecia es superior a la prevista, con una contracción del 5 % del Producto Interior Bruto (PIB), frente a las estimaciones que hablaban del 3,8 %. Si Grecia quiere sacar la cabeza del agua, agregó, debe asumir "decisiones inmediatas" para cumplir las metas de déficit para los años 2011 y 2012.
El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu, ya dijo ayer que Atenas cumplirá al pie de la letra las reformas estructurales y un programa de privatizaciones para recaudar unos 78.000 millones de euros hasta 2015. "Asumiremos todas las medidas que sean necesarias. El camino que elegimos es muy difícil, pero es el único que nos puede garantizar una seguridad", señaló el primer ministro en rueda de prensa.
Situación similar a la guerra
Papandreu ha asimilado la difícil situación económica que vive el país a un estado de "guerra", pero en cualquier caso ha descartado la convocatoria de elecciones y despidos masivos de funcionarios para recortar aún más el déficit público, como le exigen los prestamistas.
"Este no es momento de elecciones. Es el momento de combatir. Esta situación es similar a estar en guerra y pido al pueblo griego dinero para comprar armas", ha argumentado Papandreu. En respuesta a las críticas de sindicatos y oposición, Papandreou ha asegurado que las reformas ya anunciadas serán suficientes para 2011 y 2012 y que no habrá necesidad de despidos masivos de funcionarios.
El Gobierno sí ha anunciado en cambio la creación de una "reserva de trabajo" funcionarial que serviría para suspender a trabajadores públicos. Papandreou ha recordado que desde que su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), llegó al poder se ha reducido en 100.000 el número de funcionarios que cobran del Estado.
La tormenta griega
En vista del acuerdo alcanzado con los socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado 21 de julio para un nuevo rescate de 160.000 millones de euros, Papandréu declaró que "se hará todo lo necesario para que lo acepten los 400 bancos y los parlamentos nacionales (de los países acreedores)".
"Nos encontramos en medio de una tormenta, pero no permitiremos que nadie nos amenace", indicó el primer ministro, quien agregó: "hace dos años teníamos un déficit de 30.000 millones de euros y ahora no se nos perdona ni un pequeño desvío de un solo euro".
Papandréu afirmó que el programa y los cambios harán que la deuda, que supera actualmente los 350.000 millones de euros, sea "completamente sostenible" y agregó que "el objetivo es conseguir un superávit primario en 2012 (sin la devolución de la deuda e intereses)".
"Estamos decididos a avanzar y proteger el acuerdo de julio porque no tenemos el derecho de dejar los esfuerzos a medio camino", aseveró el primer ministro.