¿Y ahora de qué hablamos?
Que las elecciones se celebren el 20-N es una gran idea. Porque suministra material de primera para nuestro proverbial sentido del humor, quita dramatismo a la convocatoria y seguramente entierre para siempre algún que otro fantasma del pasado.
La voluntad de Zapatero era terminar la legislatura. Si ahora adelanta las elecciones es porque no puede más, ni política ni anímicamente. Todo dependía de que la economía se estabilizara, hubiera presupuestos y las encuestas decantaran a quien favorecía más el tiempo. Las elecciones se decidían ahí.
Pero la economía no se ha estabilizado porque es un gran negocio que permanezca inestable, porque en Washington parecen dispuestos a despeñarse por el abismo y porque en Europa muchos no acaban de entender que estamos ante un problema continental y las soluciones tienen que ser continentales. En un escenario financiero tan volátil, negociar un presupuesto a cara de perro se antoja una apuesta casi segura por el fracaso. Y si llegáramos a noviembre sin presupuesto, ya daría igual lo que apuntara la demoscopia, Rubalcaba y el PSOE estarían acabados.
Más información
- Zapatero anuncia que habrá elecciones el 20 de noviembre
- Lo que dijo Zapatero...
- Un adelanto inevitable
- Lo que pidió la oposición....
- Rajoy considera el adelanto electoral una "buena noticia", aunque "tardía"
- Rubalcaba: ''Yo no le he pedido nunca al presidente que adelantara las elecciones''
- El PSOE acusa al PP de iniciar una campaña de "infamias y mentiras"
Con las encuestas en la mano, seguramente no es lo mejor para los socialistas y para un candidato que necesitaba tiempo. Para la higiene de nuestra democracia y la salud mental del país, es lo mejor. También para el gobierno que venga, porque necesita tener las manos libres para hacer sus políticas y ejecutar su presupuesto.
Es discutible que la certidumbre electoral vaya a reducir la incertidumbre política y económica. Los antecedentes de Grecia y Portugal animan a pensar lo contrario. Lo que parece seguro es que nos va a obligar a todos a buscar nuevos temas de los que hablar.
La política española difícilmente podrá seguir siendo el arte de hablar de lo que no tiene importancia mientras otras deciden los que realmente nos afecta. De momento Rajoy aún está echándole la culpa al gobierno, pero hasta a él le ha llegado la hora de decir alguna frase que no empiece o termine culpando "al señor Rodríguez Zapatero".
Puedes seguir a @antonlosada en Twitter.