La Belle Époque: una etapa luminosa y algo frívola

La Belle Époque, representa un tiempo de paz, bonanza económica y satisfacción social, una etapa luminosa y algo frívola. Son años de progreso para la ciencia y la tecnología, unas décadas de cambios que se reflejan también en la pintura.

Los cambios de esa época que ha pasado a la historia los podemos apreciar fácilmente en 'Retratos de la Belle Époque' una exposición que se puede ver estos días en Caixa Forum de Barcelona. La muestra incluye un total de setenta y seis lienzos de una cuarentena de artistas de renombre, de tres generaciones diferentes, que reflejan los cambios profundos que vivió la pintura europea durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX.

El comisario de la exposición Tomás Llorens nos guía a través de estos retratos que cuentan una auténtica historia social desde 1880 hasta 1915. Porque los artistas no se limitan a retratar a los nobles, ricos y poderosos que pueden pagarles por ello. Los pintores del impresionismo, los expresionistas, reflejan y retratan el mundo en el que viven.

Toulouse Lautrec tiene un espacio propio en esta exposición. A través de sus lienzos nos sumergimos en los cabarets parisinos descubriendo a todos sus personajes, bailarines, payasos y prostitutas.

A medida que avanzan los años la época luminosa y superficial que se inició en 1880 va dar paso a la crisis, la depresión y la guerra. La angustia de lo que se está gestando se refleja en los lienzos. El lenguaje pictórico es otro, más ácido, lleno de violencia, con colores estridentes. Un cambio en el lenguaje, nos explica el comisario Llorens, que es también testimonio del cambio del espíritu de la época.

Únete al canal de WhatsApp de la SER