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CICLISMO | TOUR DE FRANCIA

El juez del Tour se llama Alpe d'Huez

La mítica subida alpina decidirá si Andy Schleck, tras su ataque en el Izoard y su subida al Galibier, está ya destinado a imponerse en el Tour de Francia 2011. Los 13,8 kilómetros de esta cima, con un desnivel medio del 7,9%, dirán quién tiene más papeletas para llegar de amarillo a París

El campeón estadounidense, durante la ascensión al Alpe d'Huez en la 16ª etapa del Tour de 2004(EFE)

Casi 37 minutos. Concretamente, 36 minutos y 50 segundos. Ese es el tiempo mínimo en el que se ha ascendido al Alpe d'Huez, una de las montañas míticas del Tour de Francia que se sube este viernes como fin de fiesta de la décimo novena etapa. El italiano Marco Pantani fue el ciclista que realizó ese tiempo. Fue en el Tour de 1995, en el que se impuso el español Miguel Indurain.

El luxemburgués ataca al español en el ascenso al Izoard en la 18ª jornada del Tour de Francia, en la que ha conseguido la victoria y ya es el máximo favorito para el triunfo final

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Esa temporada Pantani superó su propio récord, de 37:15, marcado solo un año antes. Y en 1997 volvió a bajar de los 37 minutos, con 36:55. Nadie ha subido el Alpe d'Huez como él. Solo Lance Armstrong, en 2004, se acercó mínimamente al escalador italiano, con sus 37 minutos y 36 segundos.

Hoy en día casi ningún ciclista se plantea subir al ritmo de Pantani. Los gallos de la carrera luchan por no ceder demasiado tiempo ante sus rivales y el resto, con no entrar fuera de control. Todos ellos suben el Alpe d'Huez haciendo una macabra cuenta atrás, la que se realiza a través de sus 21 retorcidas curvas que reciben los normbres de los ciclistas que se han impuesto en este puerto. Entre ellos, Fede Echave (1987), Iban Mayo (2003) y Carlos Sastre (2008).

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Un comienzo apto para realizar ataques

La primera de esas famosas curvas se encuentra en el primer kilómetro, un tramo que se caracteriza por su dureza. Para empezar, los corredores tienen que hacer frente a una pendiente media del 10,5%. Pero después no encuentran descanso, ya que los siguientes kilómetros no son mucho más suaves: 9,4% del segundo y 8,4% del tercero. En ellos se encuentran las cinco siguientes curvas.

En la dureza de esos primeros kilómetros -además de en las famosas curvas- es donde radica parte de la magia del Alpe d'Huez. Los escaladores que quieren poner patas arriba la carrera, si las fuerzas les acompañan- intentan atacar en ese punto. Más adelante será difícil encontrar un punto en el que un demarraje haga estragos.

Porque una vez pasada esta fase, los corredores notan algo de alivio entre los kilómetros 4 y 6. Ahí las pendientes medias de cada kilómetro son del 7,7%, el 8,8% y el 7,2%, respectivamente. Sin embargo, en el kilómetro 7 han de hacer frente a una pendiente media del 9,5% fruto de varios repechos con una pendiente del 13%. Entre estos kilómetros los ciclistas ven los carteles de ocho curvas, las que van de la 15 a la 8.

Pendientes del 8,5% antes de llegar a la cumbre

Una vez pasado lo peor, los cinco siguientes kilómetros siguen superando el 8,5% de pendiente media, a excepción del 9, en el que es del 7,2%. Las curvas, además, se van espaciando. De hecho, en el kilómetro 8 no hay ninguna. De ahí al final solo queda otro tramo de gran dureza, con una pendiente superior al 10%. Es cuando la carrera llega al kilómetro 12, después de pasar la curva 5 y antes de llegar a la cuatro. El que llega ahí con aire en los pulmones ya solo tiene que afrontar el último kilómetro, el más suave, con un desnivel medio del 4,3%.

Alfredo García

Alfredo García

Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...

 
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