Día 14. Asturias patria querida
Sabía que el primer día de alta montaña iba a ser emocionante. Sabía que con el Tourmalet y Luz-Ardiden por el medio teníamos que disfrutar del buen ciclismo, como cada mes de julio. Algunos dicen que esto de que los favoritos ataquen a dos kilómetros de la meta ya no es el deporte de antes, pero yo me lo pasé como un niño
Cuando subíamos hacia la meta (un puerto histórico, durísimo, de 15 kilómetros de ascensión continua) vimos más aficionados de nuestro país que nunca. Había miles y miles de vascos con el maillot naranja de Euskaltel; había madrileños, gallegos, aragoneses y también algún asturiano
Suelo ser muy pesado con esto de mi tierra y a Anselmo, Cabrera, Markínez y Lekuona los tengo fritos. Cada vez que veía una bandera de Asturias en la subida la contaba como si fueran cien. Así que, para mí, había decenas de miles durante el recorrido.
Más información
Y decía que ayer disfruté como un niño de la etapa porque, por dentro, estaba empujando para que Samuel llegase ya, para que dejara atrás al belga Vanendert, para que levantara los brazos en Francia, que es lo que había soñado desde que empezó a dar pedales. Samu atacó en el descenso del Tourmalet (bajando se siente muy cómodo) y ya no paró hasta el final. Creo que incluso le benefició haber perdido tiempo en la primera etapa, porque así los rivales le dieron un poco más de cuerda para que se fuera y no le marcaron tan cerca.
La verdad es que tampoco disfruté toda la etapa porque, durante los últimos kilómetros, sufrí como nunca en este Tour pensando en si llegaría muy cascado para disputarle la etapa al belga. Y me acordé de aquella mañana de 2008, en Pekín, cuando mi padre me despertó para decirme que me fuera al salón a ver la tele, que Samuel iba escapado en la prueba en ruta de los Juegos y que podía ganar. Y recordé aquellos últimos metros entre Rebellin y él. Pero al final ganó el asturiano, como ayer.
Estaba emocionado. Supongo que se acordó de su madre, Amparo, que le dio todo el cariño del mundo hasta que murió en 2000, por culpa de un cáncer. Como lo crió sola, Samuel también pasó mucho tiempo con sus abuelos. Hace unos meses hicimos un Larguero en Asturias y habíamos quedado en que viniese. Su abuelo murió un día antes, pero él pasó el mal trago, no quiso faltar a su palabra y se sentó con José Ramón. Estaba jodido por dentro, pero demostraba ser muy bueno por fuera. Ayer miró al cielo de Francia al cruzar la meta, como diciéndoles que lo había conseguido, que había ganado una etapa en el Tour. Que se fijaran bien, porque había costado mucho trabajo lograrlo. Supongo que es con lo que buscaba desde que, con 18 años, se fue al País Vasco con una maleta llena de sueños y en busca de oportunidades.
Hasta hace unos pocos años, Chechu Rubiera o Barredo, algunos de sus compañeros asturianos, le tomaban el pelo porque no tenía todavía el carnet de ciclista, que se logra al terminar la ronda francesa. Desde entonces, ya ha sido top-ten y ha ganado en Luz-Ardiden. Y lo que le queda por delante. A ver si mañana sorprende Barredo y volvemos a cantar el Asturias Patria Querida.
Samuel Sánchez, en 'El Larguero': "Todos tienen un mal día, y Alberto no es diferente"
06:49
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/20110715csrcsrdep_1.Aes/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>