Mi carro me lo robaron

La sala de lo militar del Tribunal Supremo ha confirmado la decisión del mando único de policía y guardia civil que separó del servicio durante tres meses a un agente del instituto armado acusado de cohecho y apropiación indebida. Paró a un vehículo que llevaba un remolque, lo requisó y se lo llevó a su casa.

El acusado, guardia civil de tráfico, dio el alto a David y a su mujer. Les multó porque no habían pasado la ITV y porque llevaban mal la carga de su remolque. Además, les explicó que el remolque carecía de documentación pero que no les iba a denunciar si se lo daban para llevarlo a un centro de destrucción. Y eso hicieron pero les llamó la atención que no recibieran ningún justificante de la entrega del remolque y presentaron una denuncia por cohecho y apropiación indebida. El remolque apareció en el garaje de este agente de la guardia civil.

Mientras se investigaba la denuncia, el director de la policía y de la guardia civil separó durante tres meses del servicio al acusado que recurrió esta decisión porque se estaba vulnerando su derecho a la presunción de inocencia.

La sala de lo militar del Tribunal Supremo no lo ve de la misma forma. Dicen los magistrados que el objetivo de esta medida es el de "paliar los daños que puedan inferirse a tan esenciales bienes jurídicos como son la incolumidad de la disciplina y de la prestación del servicio sin cuyo riguroso respeto no sería posible que el Instituto Armado cumpliera los fines que tiene encomendados".

Estos hechos, concluyen, "exigen una acción inmediata para mantener la disciplina, al aparecer gravemente comprometida la autoridad que como miembro del cuerpo se le supone y la confianza que en su correcto y eficaz actuar pueden tener depositada sus superiores y compañeros".

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