Un 'zapatazo' de Koeman metió al F.C. Barcelona en la historia del fútbol

El 20 de mayo de 1992 el fútbol saldó una importante deuda con el F.C. Barcelona. Y lo hizo mediante un zapatazo. El que propinó el holandés Ronald Koeman en el lanzamiento de una falta en la frontal del área de la Sampdoria. Su tiro supuso el gol de la victoria para el Barcelona en su tercera final de la Copa de Europa.

Los blaugranas fueron campeones, pero no sin sufrimiento. De hecho, el pase a la final fue casi milagroso, gracias a un cabezazo de José Mari Bakero cuando su equipo estaba a punto de sufrir una humillante remontada ante el Kaiserslautern.

Llegaba el Barcelona a Alemania con una ventaja de 3-0 que todo el mundo consideraba más que suficiente para estar en Wembley. Pero el partido de vuelta se envenenó y los alemanes igualaron la eliminatoria en la primera parte y en el minuto 76 se pusieron por delante. Solo el vuelo de Bakero en un remate inverosímil puso las cosas en su sitio y clasificó al Barça para la final.

El guardameta Pagliuca, protagonista

El encuentro empezó con una primera parte en la que ninguno de los dos equipos pareció salir decididamente al ataque. Se especuló mucho, como en tantas finales, quizá por el miedo a perderla demasiado pronto. En los primeros minutos hubo muchas más faltas que jugadas de mérito, hasta que Koeman probó suerte y su disparo lo desvió con los puños el meta Pagliuca.

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Poco después le tocó esforzarse a Zubizarreta ante un disparo de Lombardo que tuvo que rechazar. Fue una jugada complicada, tras un saque de esquina y después de varios rechaces. Zubi se lució. Y llegó el turno de Stoitchkov. Al contragolpe el búlgaro a punto estuvo de marcar de cabeza recogiendo un centro de Eusebio. Esta vez le tocó lucirse a Pagliuca.

Palo de Stoitchkov y prórroga de infarto

El comienzo de la segunda mitad supuso la reacción del F.C. Barcelona. El Dream Team no se resignó a ser tuteado por la Sampdoria y se lanzó al ataque. Primero con Julio Salinas y luego con Stoitchkov y Eusebio. Ninguna de las ocasiones dio sus frutos. Tampoco lo hizo la mejor del partido para el Barça, en la que Stoitchkov recibió un pase de Laudrup, superó a Pagliuca y, cuando estaba en disposición para marcar, envió el balón al palo. La afición blaugrana presente en Wembley ya cantaba gol.

Con las fuerzas muy escasas, ambos equipos se dirigieron a una dramática prórroga que apenas tuvo ocasiones. Sí hay que anotar una de José Mari Bakero que detuvo Pagliuca. Y poco más. Solo un gol. Un importante gol. Un tanto histórico, el que hizo Ronald Koeman para meter definitivamente al F.C. Barcelona entre los grandes del fútbol europeo.