Los magistrados han considerado que las maniobras que protagonizó el acusado para escapar de la policía no son propias de alguien intoxicado etílicamente La Justicia puede ser extraña y diferente, sorprendente. Eso debió pensar el joven murciano cuando fue «cazado» por la Policía tras saltarse un control de alcoholemia el pasado mes de abril, darse a la fuga, saltarse varios semáforos y conducir a gran velocidad. Finalmente dio positivo en los dos controles que se le realizaron tras ser detenido con tasas de 0,45 y 0,43 gramos por litro de aire expirado. El conductor fue condenado en primera instancia a una elevada multa, a un año sin licencia de conducir y a cumplir un mes de servicios comunitarios. La resolución judicial fue recurrida ante la Audiencia Provincial. Tras estudiar el caso el conductor ha salido absuelto. La ley estipula que hasta 0,60 gramos por litro de aire expirado las autoridades deben comprobar que la bebida ingerida ha incapacitado al conductor, algo que según el abogado del acusado no se pudo demostrar ya que su defendido demostró notables habilidades al volante que demuestran que el alcohol ingerido no le incapacitó para conducir. «Nos encontramos con datos que racionalmente parecen hacer incompatibles una conducción llena de pericia técnica con una verdadera influencia del alcohol», declaraban los magistrados en declaraciones recogidas por La Verdad de Murcia.