Metrosexuales chinos, un filón para las marcas

Se les llama hombres de jade y son los metrosexuales chinos: se compran cremas blanqueantes, se depilan y se regalan tratamientos de belleza. Tienen menos complejos que los occidentales a la hora de cuidarse, algo que para las marcas de cosmética supone un auténtico filón: el año pasado, las ventas del sector aumentaron un 30% gracias a ellos.

Cuando pasea con su novia, Liao, de 22 años, lleva dos bolsos: uno, el de ella -los chinos tienen la costumbre de cargar con el bolso de sus mujeres-; otro, el suyo propio. Le encanta tener todas sus cosas a mano. Y también echarse crema cada mañana. "No me gasto mucho dinero, siempre compro algo que me dure unos dos meses como mínimo. Para mí es normal tener mis productos de belleza", explica. "Mis amigos usan L'Oréal, pero a mí no me va bien, me he pasado a Nivea".

Los hombres urbanos de jade (du shi yu nan), como aquí se llama a los metrosexuales, muestran que el nivel de vida está aumentando y que el consumo es cada vez más sofisticado. "Ahora los expertos empiezan a hablar de que la piel asiática tiene otras necesidades, que es distinta a la de los occidentales. Por ejemplo, para los chinos afeitarse no es un hábito diario y tampoco solemos usar aftershave", comenta Guo Jin, editor de belleza y moda de la revista masculina L'Officiel des Hommes.

El hombre de jade

El prototipo de hombre de jade tiene entre 20 y 40 años, vive en las ciudades y, en cuanto tiene dinero, se compra un ordenador, luego un reloj, después, ropa de marca y cremas.

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La sociedad china es cada vez más competitiva y muchos creen que tener buen aspecto les ayudará a encontrar un mejor trabajo. "Yo creo que cada vez más chicos se preocupan de su piel. Y eso muestra que el nivel de vida aumenta", señala Hou Wei, administrativo de 29 años, se gasta unos 50 euros cada tres meses en productos.

A veces se los compra en farmacias porque, dice, tiene el cutis muy sensible. "Claro que algunos piensan aún que invertir tiempo y dinero en cuidarse es de niñas y que pierden su masculinidad, igual que en occidente. Pero eso está cambiando. Y cada vez seremos más los que no tengamos complejos", dice.

Las marcas de cosmética masculina han encontrado un filón en China. En 2010 las ventas aumentaron un 30%, según un informe de Euromonitor. Las empresas saben que la clave es adaptar su producto: aquí los hombres quieren cremas blanqueantes para la piel y les encanta una espuma de afeitar que ha sacado una marca conocida de color gris verdoso. Algo que, aseguran sus responsables, sería impensable que pudiera vender en Occidente.