El bajo coste es caro

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una guía para evitar que volar en una aerolínea de bajo coste deje de hacer honor a su nombre. La asociación recomienda planificar con cuidado el viaje y revisar la página web de la compañía para evitar sorpresas de última hora.

En la guía se detallan los conceptos por los que las líneas aéreas de bajo coste suelen cobrar, además del billete: por pagar con tarjeta (entre 6 y 10 euros), por no imprimir la tarjeta de embarque (hasta 40 euros), por facturar el equipaje, por llevar una segunda maleta (esto no sólo ocurre ya en las compañías de bajo coste), por elegir asiento o por embarcar antes. Para evitar ser víctima de sopresas de última hora, la OCU recomienda comprobar todos estos detalles y preparar con cuidado el equipaje para limitarse a una sola maleta y no sobrepasar el peso o las dimensiones establecidas por la compañía.

Sin embargo, la organización de usuarios también recuerda que todos estos costes añadidos tienen su repercusión sobre la imagen de las aerolíneas y que las de bajo coste aparecen en los últimos puestos de sus encuestas de satisfacción del cliente. De todos modos, la OCU también admite que algunas de estas medidas son legales, aunque se perciban como un abuso por parte de los consumidores.