La policía francesa detiene a varias mujeres con velo en el centro de París
Las mujeres se manifestaban en contra de la prohibición del burka en lugares públicos en Francia, medida que ha entrado en vigor este lunes
La policía francesa ha detenido a varias mujeres con velo -algunas con burka, otras con niqab o hiyab- delante de la catedral de Notre Dame, en el centro de París.
La manifestación había sido convocada por la asociación "No toque mi constitución" y ha reunido a un número indeterminado de personas delante de la catedral, lugar al que acudieron numerosos periodistas y donde había, como es habitual, muchos turistas. Un portavoz policial ha asegurado que los arrestos no se produjeron por la vestimenta de las mujeres -el niqab deja ver los ojos y está afectado por la prohibición pero el hiyab deja libre el rostro- sino porque no habían pedido permiso para manifestarse.
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La asociación convocante señala que había pedido los permisos necesarios pero que se los habían denegado e invocó para ello la entrada en vigor de la ley. La mujer que portaba el hiyab se disponía a leer un manifiesto cuando fue detenida por varios agentes, que la acompañaron a un furgón policial donde se encontraban ya las otras dos mujeres. La policía también ha detenido a algunos de los miembros de la asociación convocante que acompañaban a las mujeres.
Kenza Drider, que portaba el niqab, había llegado a París este mismo lunes procedente de Aviñón, en el sur del país, con la intención de participar en la manifestación y en un programa de televisión. La joven, de 32 años y madre de cuatro hijos, afirma que su intención no era provocar, sino mostrar que esta ley va contra su libertad individual. Drider fue la única mujer que compareció ante los parlamentarios franceses cuando preparaban la ley que este lunes ha entrado en vigor.
Enteramente cubierta por un burka negro, Newal se ha dirigido a los medios antes de ser arrestada. "No tengo intención de dejar de llevar el burka. Pagaré la multa todas las veces que sea necesario", indica la mujer, una de las 3.000 personas que porta esta prenda en Francia, según las estadísticas del Ministerio del Interior. La joven, que no reveló su edad, dice conocer casos de mujeres que han pensado abandonar Francia por culpa de esta ley.