Matan a ocho trabajadores de la ONU en Afganistán en protesta por quema del Corán
Ha ocurrido en el transcurso de violentas protestas contra la quema de un Corán en Estados Unidos, según fuentes policiales
Al menos ocho trabajadores extranjeros de Naciones Unidas han muerto este viernes en Mazar-i-Sharif, en el norte de Afganistán, después de que una manifestación en esta ciudad derivara en enfrentamientos violentos, según ha informado un portavoz de la Policía.
Un portavoz de Naciones Unidas ha confirmado que se han registrado varias muertes en la misión de la ONU en Mazar-i-Sharif pero no ha querido aportar más detalles. Por el momento, se desconoce cuáles son las nacionalidades de los fallecidos.
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Tras la oración del viernes, miles de personas se echaron a las calles en la ciudad, la más importante del norte afgano, en protesta contra la quema de un Corán, el pasado 20 de marzo, en una iglesia de Florida (EEUU), y apedrearon la sede local de la misión de la ONU en el país (UNAMA).
Según un portavoz regional en la ciudad, Lal Mohamad Ahmadzai, la protesta fue al inicio pacífica, pero más tarde varios manifestantes comenzaron a disparar y mataron a ocho trabajadores de la ONU e hirieron a decenas de civiles.
Una fuente, citada por la agencia afgana AIP, ha asegurado , sin embargo, que los manifestantes lograron reducir a los guardas del edificio y les quitaron las armas, tras lo cual prendieron fuego a la sede de la organización internacional.
De acuerdo con Ahmadzai, las fuerzas de seguridad afganas se han hecho con el control de la zona y han abierto una investigación sobre los hechos, tras detener a varios de los manifestantes.
Quema de coranes
El pasado 20 de marzo, el pastor protestante Wayne Sapp quemó un ejemplar del Corán en una iglesia de Florida (EEUU) en presencia del pastor Terry Jones, quien anunció el año pasado que haría lo propio con motivo del aniversario del 11-S, aunque luego se echó atrás.
La acción de Sapp ha desencadenado una ola de condenas entre las autoridades del mundo islámico y los analistas consideraban que la quema del Corán podía desencadenar protestas en Afganistán, un país en guerra y de sociedad muy conservadora.
