Nadal desmonta a un exhausto pero siempre espectacular Dolgopolov
<b>El número uno del mundo se deshizo con facilidad (6-1 y 6-2)</b> de Alexander Dolgopolov y <b>accede a cuartos de final</b> donde ya se encuentra David Ferrer
Nadal golpea una pelota en Miami(Reuters)
Alexander Dolgopolov posiblemente sea lo contrario a Rafa Nadal tenísticamente hablando. Si el balear es consistencia, regularidad y experiencia en la élite, el ucranio es talento, capacidad de improvisación y puerilidad en las últimas rondas. En su único enfrentamiento previo, en el Masters de Madrid de 2010, el español ganó con solvencia en un partido sin apenas historia (6-4 y 6-3).
En esta segunda ocasión tampoco hubo mucho más, pero quizás en este caso Dolgopolov esté algo disculpado. El rubio tenista apenas tuvo unas horas de descanso desde que venciera a media tarde en tres sets a Jo Wilfred Tsonga, un peaje demasiado alto si se tiene a Rafa Nadal enfrente. No obstante el partido arrancó equilibrado, en los tres primeros juegos se vieron peloteos de gran nivel, cada uno en su papel. Rafa alargaba los puntos y variaba la altura de la bola, mientras 'Dolgo' planteaba su habitual baile de dejadas, subidas a la red y golpes desconcertantes.
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Sin embargo, con el 2-1 en contra y saque, Alexander cedió su saque víctima de la presión de Nadal, inquebrantable al resto durante todo el torneo. Ahí terminó el primer set, Rafa cerró el parcial con 6-1 y sólo dejó a su rival las migajas del juego, el 29% de los puntos.
Al comienzo de la segunda manga Nadal rehuyó de la típica relajación del ganador del set anterior y sorprendió rápidamente al ucraniano. Otra vez en ventaja y todo encarrilado para acceder a cuartos de final. Curiosamente fue a partir de ahí cuando apareció Dolgopolov en estado puro, aunque seguía detrás en el marcador, obligó a Nadal a jugar como más le disgusta, sin continuidad. Pero la cabeza de Nadal no entiende de problemas, siguió a lo suyo y cerró el partido en menos de una hora (6-1, 6-2).
Ahora el número uno se las verá en cuartos de final con Tomas Berdych, el espigado checo sabe lo que es ganar a Nadal, pero no lo hace desde hace varios años.
