Chicharito Hernández es suficiente para pasar a cuartos

El Manchester United se ha clasificado para los cuartos de final de la ''Liga de Campeones'' tras conseguir la victoria (2-1) en casa al Olympique de Marsella, en un partido sufrido de los diablos rojos, que dejó al mexicano Javier 'Chicharito' Hernández como figura de los suyos tras anotar los dos goles del partido.

Tras el 0-0 de la ida, los ingleses sufrieron más de los esperado para lograr el pase a cuartos en un choque que a los locales les costó decidir pese a adelantarse muy pronto. La valentía y bravura de los franceses, unida a la buena actuación de Remy, mantuvieron el fantasma de la eliminación sobre Manchester hasta los últimos compases.

El Manchester comenzó el encuentro con gran ritmo, como si quisiera afirmar su favoritismo ante el cuadro galo, que se mostró claramente amedrentado tanto por el escenario, como por su rival en los primeros compases. La gran puesta en escena de los ''red devils'' les daría frutos a los 5 minutos cuando Giggs desde la izquierda asistía a Rooney, que dentro del área dejaba, con un pase cruzado, solo al Chicharito Hernández que inauguraba el marcador, dejando grogui al Olympique.

A pesar de su aturdimiento, el cuadro galo rozó el empate poco después, pero Gignac disparó alto en su mano a mano con Van der Sar. A pesar de este susto, los ingleses manejaban el balón, llegando a las inmediaciones de Mandanda con cierta facilidad. Sin embargo, los de Ferguson no aprovecharon la oportunidad de noquear a su adversario y conseguir un segundo tanto, que cerrara el partido y la eliminatoria.

La poca determinación local haría crecer a los de Deschamps, que paulatinamente irían deshaciéndose de sus complejos. El Oliympique comenzó a poseer más la pelota y se asentó en el césped, a lo que respondió el United dando un paso atrás en busca de sus opciones a la contra. El primer aviso serio de los visitantes llegó por medio de Diawara, que en el 35 mandaba fuera un remate de cabeza a la salida de un córner cuando se encontraba completamente solo.

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Con su rival demostrando que quería seguir vivo en la eliminatoria, los diablos rojos se encomendaban a sus veloces zarpazos a la contra, que dieron lugar a un buen disparo de Rooney dentro del área en el 39, que desbarató Mandanda. Sin embargo la última palabra en el primer acto la tendrían los franceses. Remy rozaba el larguero con un gran disparo dentro del área y recordaba al Manchester que los suyos estaban a un sólo gol de hacer el silencio en el Teatro de los Sueños.

Guerra abierta tras el descanso

Tras la reanudación, lejos de querer sofocar la reacción visitante de la recta final del primer acto, el cuadro británico siguió agazapado en su campo, confiándolo todo al contragolpe. El conjunto marsellés salió crecido de los vestuarios, buscando el gol con determinación. Así, el partido se convirtió en un intercambio de golpes, con Rooney y Remi liderando las vanguardias de ambos bandos.

A pesar de que se habían roto las hostilidades, ninguno de los dos equipos gozaba de ocasiones claras, aunque la sensación del que un tanto podía llegar en cualquiera de las dos porterías sobrevolaba la alfombra de un Old Trafford, que vivía una calma tensa ante la incertidumbre de la eliminatoria.

Los diablos rojos harían gala de su pegada y dejarían casi decantada la contienda de nuevo por medio del Chicharito, que aprovechaba un gran centro raso del inconmensurable Giggs para empujar el balón a la red libre de marca y desatar la euforia contenida del graderío inglés. No obstante los pupilos de Deschamps no estaban dispuestos a arrodillarse pese al claro muro que se les levantaba con el segundo tanto.

El cuadro galo se lanzó a la desesperada hacía el gol de la esperanza, que encontrarían a ocho para el final tras un gol de propia meta de Brown. Los franceses bregarían hasta el último suspiro, sembrando la angustia en las filas de Ferguson, que sufrieron sin piedad, para finalmente evitar que se desatara la pesadilla en el Teatro de los Sueños.