"El doble rasero con África es criminal"
"Queremos un mínimo de dignidad", reclama el escritor y bloguero ecuatoguineano Juan Tomás Ávila
La SER entrevista al escritor ecuatoguineano Juan Tomás Ávila, que ha pasado una semana en huelga de hambre contra la dictadura de Obiang.
El escritor y bloguero de Guinea Ecuatorial Juan Tomás Ávila Laurel ha estado una semana en huelga de hambre para llamar la atención sobre la falta de democracia y de derechos humanos en su país. Inició su protesta coincidiendo con la visita a Guinea Ecuatorial de José Bono, al que escribió una carta en la que le pedía que presionara al dictador Teodoro Obiang para que abandonara el poder y el pais.
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Bono visitó hace diez días Guinea Ecuatorial al frente de una delegación parlamentaria cuyo objetivo era favorecer los intereses empresariales de España en la antigua colonia, en la que los ingresos del estado han aumentado significativamente desde que se descubrió petróleo en 1995. Sin embargo la presencia de empresas españolas en aquel pais sigue siendo anecdótica.
"¿Cómo pueden tomar partido por este señor (Obiang) por una oportunidad de negocios?"
Ávila se encuentra ahora mismo en Barcelona, desde donde habla con la Cadena SER. "¿Cómo pueden tomar partido por este señor (Obiang) por una oportunidad de negocios?", dice. "Un presidente de un parlamento demócrata no puede eludir el tema de los derechos humanos como si no hubiera pasado nada". El escritor sostiene que el sustento internacional al régimen debilita a la oposición guineana: "La gente va perdiendo la esperanza porque el gobierno se robustece con el apoyo del exterior".
El escritor ecuatoguineano insiste: "No estamos pidiendo quimeras ni utopías, queremos un mínimo de dignidad. Hablamos de un pais que tiene petróleo y no tiene dignidad, y aquí en España están muy tranquilos, como si nada hubiera pasado". Ávila resalta el "doble rasero criminal" por el que "hay gente que cree que todavía África no se merece esto. La cuestión de los derechos humanos es universal y todo el mundo tiene que actuar", concluye.
La situación de los derechos humanos y la falta de libertades en Guinea Ecuatorial ha sido denunciada reiteradamente por Naciones Unidas y por organizaciones como Human Rights Watch, cuyos informes reflejan que Obiang, que lleva 31 años en el poder, ha utilizado el boom del petróleo (descubierto en grandes cantidades en 1995) para su propio beneficio y el de su familia, mientras dos tercios de la población guineana sigue sumida en la extrema pobreza. Además, la tortura es una práctica habitual y, a pesar de las promesas, la democracia sigue siendo una quimera. Como muestra, sólo uno de los 100 escaños en el parlamento está ocupado por un diputado de la oposición, Plácido Micó.