Hojaldres de bonito "Engaña-amigos"

Los fines de semana son un invento bastante razonable. De hecho están tan bien, que me extraña mucho que no nos los hayan quitado con la excusa de la crisis.

Y son sin duda un buen momento para quedar con los amigos. Este en concreto, debe serlo especialmente porque me han llegado un montón de mensajes, a través de Facebook, de gente que quería agasajar a sus invitados, y me preguntaba por alguna receta rica y sencilla. Yo en estos casos lo que recomiendo es cambiar de amigos.

En vez de los habituales gorrones, que vienen con hambre y dispuestos a comerse (y beberse) todo lo que tengas, lo mejor es hacerse unos amigos nuevos, finos y elegantes, de esos que, cuando vienen de visita, lo hacen con varias bandejas de comida suculenta y sus correspondientes botellas de vino rico bajo el brazo.

La teoría es buena, pero si ponemos el listón tan alto, lo más fácil es que nos quedemos sin amigos y sin comer, que es peor. Así que buscando el equilibrio he preparado estos "Hojaldres de bonito engaña-amigos", que bajo su chula apariencia esconden un trabajo mínimo, aceptable incluso con la lógica pereza finsemanera.

Ingredientes: 1 paquete de masa de hojaldre refrigerado, 1 bote de cristal de bonito del norte rico, 1 bote de confitura de cebolla (el mío era de Hero), tabasco.

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Preparación: sacamos la bandeja del horno (que luego nos va a hacer falta) y ponemos este a calentar a 180 grados. Extendemos la masa de hojaldre y vamos cortando círculos, ayudándonos con un vaso grande, por ejemplo. Pinchamos un poco la masa y ponemos sobre ella una cucharadita de cebolla confitada (que es como una mermelada de cebolla), un taquito de bonito y dos gotas de Tabasco para darle un toquecillo un poco picante.

Cerramos la masa como si fuera una empanadilla, sellando bien los bordes y la colocamos en la bandeja sobre el papel para horno que trae el hojaldre. Repetimos la operación con todos los círculos de masa que tengamos y lo metemos al horno hasta que el hojaldre esté doradillo. Perfecto para tapear con unas cervecitas y tomar algo calentito.