En Argelia está totalmente descartada una revuelta a la tunecina

"La situación de Argelia es totalmente diferente" a la de Túnez o Egipto, asegura a la Cadena SER el ministro de exteriores Murad Medelci, por lo que una revuelta como la de esos dos países está "totalmente descartada".

Medelci explica que los argelinos hicieron su propia revolución en 1988: "los argelinos se manifestaron de forma violenta", explica, "y como consecuencia se realizaron reformas políticas que dieron lugar a una nueva constitución y multipartidismo. Por lo tanto hoy observamos que nuestros amigos tunecinos y egipcios están haciendo lo que nosotros hicimos ya en 1988". Alude Medelci a la apertura que precedió a la victoria de los islamistas del FIS en el año 1991, victoria que nunca se reconoció. La negativa a cederles el poder del desató un sangriento enfrentamiento que costó decenas de miles de vidas.

La manifestación de este sábado en Argel está prohibida, porque el gobierno argelino no permite este tipo de protestas en la capital. "La situación de otros países hace que hoy no queramos correr el riesgo de que los argelinos se enfrenten o se maten. Tenemos la responsabilidad de evitarlo", argumenta Medelci.

El ministro argelino niega que en su pais los beneficios del gas y del petróleo no lleguen a la población. "En materia de redistribución", asegura, "Argelia está al nivel de lo que se puede observar en los países más desarrollados", y explica que hay programas de desarrollo excepcionales en los que se invierte parte de las ganancias que proporciona la explotación de los hidrocarburos.

En cualquier caso, para el gobierno argelino las protestas de las últimas semanas no reflejan el estado de ánimo de la mayoría de la sociedad: "¿Sabe cuántos jóvenes hay en Argelia? 20 millones. ¿Sabe cuántos llevan pancartas con eslóganes? Algunas decenas. Así que no podemos hablar de la juventud, sino de algunas personas, que en ningún caso representan la opinión de la mayoría".

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Medelci visitó este viernes España para reunirse con los ministros españoles de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, de Industria, Miguel Sebastián, y de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.