Natascha Kampusch: "Tras la liberación, no me convertí en una propiedad pública"

Natascha Kampusch, la joven austriaca que pasó secuestrada ocho años, y que ha contado su experiencia en el libro '3.096 días', ha conversado con Gemma Nierga en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La charla ha comenzado con una pregunta de la directora de 'La Ventana': "¿Por qué ha escrito este libro?". "Lo he escrito para superar mi pasado y para poder ponerle punto final" -ha dicho la joven

Natascha Kampusch ha reflexionado también sobre el papel de la prensa sensacionalista. "Lo que quería conseguir con el vídeo se ha hecho realidad. Desde la publicación, los medios me ven con buenos ojos, mi imagen ahora es buena. Yo creo que también es porque ahora la gente me entiende, ya que yo antes no había dicho gran cosa sobre lo que me había sucedido". Gemma Nierga ha recordado que, tras la liberación, no se entendió que Kampusch comprendiese las razones de su secuestrador. "Al principio todo el mundo estuvo feliz por el milagro de que estuviera viva. Los periodistas estaban entusiasmados. Después hubo un efecto de 'acostumbramiento', la gente estaba desalentada porque no me dejaba moldear, no me convertí en una propiedad pública".

Durante la conversación, se ha referido también a sus padres. "Estaba convencida al cien por cien de que yo estaba viva, y eso que hubo una psicóloga que le aconsejó que comprase una tumba y le llevara flores para elaborar el duelo. En el caso de mi padre, no sé si estaba convencido de que estaba viva". Nierga pregunta cómo logra Natascha no perder su personalidad ante el secuestrador. "Yo misma tampoco lo sé, es un misterio. No quiero que me impidan que mi personalidad se desarrolle, se forme". Kampusch fue secuestrada a los 10 años, y recobró la libertad a los 18. "En realidad no había planeado fugarme justo para el momento en que cumpliese los 18 años... Cuando era niña, ya tenía el deseo de ser independiente a esa edad. En el momento de la huida me dije 'esta es mi vida', y decidí huir simplemente".

De la liberación hasta hoy

"Era una sensación de parálisis, parecía que todo lo que estaba a mi alrededor era irreal, como encontrarse entre algodones. Yo estaba contenta de poder tener otras percepciones sensoriales, pero también tenía miedo". Ha comparado su liberación con la de un animal, y ha concluido que su comportamiento fue el mismo. "Era todo como una especie de sueño extraño". Después, ha llegado el momento de hablar del presente, de su visita a Madrid. "Me han prometido un espectáculo flamenco" -ha dicho sonriendo. Y al final de la entrevista, Gemma Nierga le ha preguntado si su larga melena rubia es un símbolo de su ansia de libertad. "Sí" -ha respondido escuetamente.

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