El presidente surcoreano advierte a Pyongyang de que "pagará las provocaciones"
Pekín pide a EEUU un esfuerzo conjunto para reducir la tensión en la zona
El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, ha admitido su responsabilidad por no haber podido proteger a sus ciudadanos del ataque norcoreano del martes 23 y advirtió al régimen comunista de que "pagará" cualquier futura provocación
"Siento un profundo sentimiento de responsabilidad por no haber sido capaz de proteger las vidas y la propiedad de la gente. Lo lamento profundamente", afirmó el mandatario en un discurso televisado a la nación.
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Lee calificó de "crimen inhumano" el ataque que hace seis días acabó con la vida de dos civiles y dos militares en la isla surcoreana de Yeonpyeong, sin hacer referencias a la propuesta china para abordar la crisis entre las dos Coreas en un encuentro extraordinario de los negociadores a seis bandas.
Consideró que ese suceso muestra que es "difícil" que Corea del Norte abandone su programa nuclear o su arriesgada política militar, al tiempo que llamó a la unidad nacional para afrontar la situación.
Las declaraciones del presidente surcoreano se produjeron un día después de que China pidiera una reunión urgente a las seis partes implicadas en el proceso de desnuclearización de la península coreana para abordar la crisis entre las dos Coreas.
En ese diálogo participan, además de Seúl y Pyongyang, los gobiernos de Estados Unidos, China, Rusia y Japón. Por ahora Pyongyang, Seúl y Tokio no han respondido a la propuesta china.
En medio de la tensión entre las dos Coreas, Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron este domingo su segundo día de maniobras conjuntas en el Mar Amarillo (Mar Occidental) con la presencia del portaaviones nuclear estadounidense George Washington.
Tanto Pyongyang como Pekín han criticado duramente esos ejercicios militares, considerados una respuesta al ataque norcoreano.
Los disparos de artillería contra la isla de Yeonpyeong, en la inestable frontera marítima intercoreana, supusieron uno de los ataques más graves del régimen de Pyongyang desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953), que acabó con un armisticio en lugar de un tratado de paz.