España tropieza en su debut en Turquía
Los de Scariolo caen (72-66) ante Francia en el primer partido del Mundial
La selección española de baloncesto comenzó con derrota (72-66) ante Francia su andadura en el Mundial de Baloncesto de Turquía -. Los de Sergio Scariolo decepcionaron en su debut en un gris encuentro en el que se mostraron muy erráticos en el lanzamiento.
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Con el recuerdo del pasado Europeo de Polonia, en el que España se proclamó campeona, el combinado nacional volvió a comenzar con una derrota que despertó los viejos fantasmas. Sin reminiscencias de las señas de identidad de su juego, los españoles cayeron frente a una voluntariosa Francia que creyó en el triunfo de la mano de un gran Gelabale. No fue el día de los jugadores españoles y esta vez no apareció al rescate ningún jugador y los errores en el tiro libre se convirtieron en decisivos. Los equipos comenzaron demasiado nerviosos el choque y los errores fueron la tónica general de una pobre primera parte en la que España estuvo a un nivel muy por debajo de sus posibilidades y posibilitó que su rival creyese en la victoria a pesar de sus notables carencias respecto a los españoles.
No obstante, los de Scariolo no tardaron en marcharse en el marcador con canastas fáciles ante la débil defensa gala de los primeros minutos que permitieron a España marcharse cómodamente en el marcador, gracias a un buen trabajo en defensa, donde los galos no encontraban vías para penetrar y perdían numerosos balones.
Al final del primer cuarto (9-18) la película del partido seguía el guión previsto y el final esperado estaba marcado por el dominio solvente de los españoles. Pero el paso de los franceses por la pizarra surtió efecto e incrementaron su intensidad defensiva. Eso, unido a la ausencia de Felipe Reyes y Marc Gasol con dos faltas cada uno, hizo desaparecer la guía del conjunto español, que se quedó desorientado ante el cambio de planes.
No le sentó bien a España la ausencia de sus pívots titulares -Felipe dejó fuera a Garbajosa- pero tampoco pudo incrementar su nivel una marcha más y las fuerzas se igualaron. Con ello, los defectos del defensor del título se hicieron más visibles. Los ataques eran confusos, sin ideas, y a menudo, precipitados. Además, el joven Albicy comenzó a mover a sus compañeros en la cancha y con la ayuda de Gelabale poco a poco los galos igualaron el choque antes del descanso (27-28), frente a una España que no daba señales de vida.
El regreso de vestuarios no cambió la situación del partido, Francia quería y no podía y España, que en condiciones normales es un equipo superior, no encontraba el ritmo del partido. Sin embargo, los de Scariolo comenzaron el tercer periodo con mayor agresividad y la presión dio sus frutos en los primeros compases, donde Marc Gasol se hizo poderoso en la zona.
Juan Carlos Navarro también parecía despertar en el encuentro y comenzaba a anotar desde la línea de triple, con lo que España volvía a marcharse fácilmente con rentas de siete puntos. Pero la falta de consistencia en el juego impedía encadenar varios ataques consecutivos con éxito y la renta desaparecía con facilidad. De nuevo, el conjunto español fue de más a menos y los errores volvieron a despertar a Francia (43-45).
Las esperanzas de que España cambiase su imagen se vinieron definitivamente abajo en el último cuarto. Sin noticias en ataque, donde la anarquía se apoderó de un equipo que no está acostumbrado a fallar tanto en el lanzamiento, la defensa comenzó a hacer aguas fruto de los nervios, la ansiedad y las prisas de quienes veían que el partido se escapaba.
Poco a poco sin grandes artificios, Francia llevó el partido a su terreno, al único en el que podía vencer. Las jugadas se convirtieron en un ir y venir que benefició a los galos. A ello, se sumó el acierto de Gelabale, la efectiva dirección de Albicy y la aportación de Nicolás Batum que acabó desquiciando a los españoles. Las pérdidas de balón en la acierto en los momentos clave de Francia y una discutida falta técnica señalada a Rudy Fernández pusieron fin al partido para una desquiciada selección española, que ya mira la calculadora.
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