El G-20 aplaza la reforma del sector bancario para salvaguardar la recuperación
Adiós a la coordinación de las políticas fiscales y a la lucha conjunta contra la crisis
La cumbre del G-20 ha finalizado en Toronto, donde los líderes del mundo han dejado claro que a partir de ahora cada país elegirá su propia receta para la recuperación. Incluso la exigencia de un impuesto a la banca tampoco será coordinada sino la que decida cada ejecutivo. No habrá quién gobierne la crisis, sino que cada país tendrá que apañárselas como pueda.
El G-20 ha acordado este domingo aplazar la imposición de normas globales más estrictas contra el sector bancario, una decisión que según el organismo encargado de coordinar las reformas ayudará a salvaguardar la recuperación económica y conducirá al fortalecimiento de las entidades bancarias.
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Los dirigentes de las 20 principales potencias industrializadas y emergentes del mundo acordaron el año pasado la adopción de nuevas reglas globales para el sector bancario, una serie de medidas que se comprometieron a hacer entrar en vigor para 2012 como parte central de los esfuerzos para evitar una nueva crisis financiera.
En la cumbre celebrada este fin de semana en Toronto, el G20 aprobó flexibilizar el calendario previsto anteriormente, que tiene como objetivo aumentar los niveles de capital y liquidez mínimos exigidos a las instituciones financieras, dando algo de aire a las entidades que dicen estar sufriendo aún los estragos de la recesión global.
