Barcelona y Tarragona se suman a la prohibición del 'burka'

Barcelona y Tarragona se suman a la prohibición del burka después de que lo hiciera Lleida. En el caso de Barcelona, ha salido adelante por decreto de alcaldía para no evidenciar la fractura del equipo de Gobierno. En Tarragona, la iniciativa del PSC y CiU ha contado con los votos a favor del PP y la abstención de Esquerra.

El plenario del Ayuntamiento de Tarragona ha aprobado este lunes, como estaba previsto, limitar el uso del velo integral para garantizar la identificación de las personas en los edificios públicos con los 23 votos favorables de los grupos municipales del PSC, CiU -que presentaron conjuntamente la propuesta aceptada- y PP y la abstención de los dos ediles de ERC.

Por el contrario, fue rechazada la moción del PP de ampliar esta prohibición a los espacios públicos, y también un intento de última hora de transacción de ERC que ponía el acento en las normas de convivencia y las políticas de integración.

Barcelona prohibirá el uso en instalaciones públicas

Barcelona será la primera gran ciudad que prohíba el uso del burka en los espacios públicos, según ha anunciado este lunes su alcalde. Jordi Hereu prohibirá el acceso con burka y niqab, ambos velos integrales, a las instalaciones municipales con un decreto que firmará próximamente, y que ordenará modificar las normas de cada centro para impedir que nadie entre sin que se le pueda identificar claramente, lo que también afectará a quienes pretendan acceder con pasamontañas y casco de moto.

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La corporación municipal impedirá el uso de esta prenda en centros como las guarderías municipales, los mercados y los centros de servicios sociales. La medida se aprobará por decreto y no pasará por el pleno del Ayuntamiento, ya que el PSC no cuenta en esta materia con el apoyo de uno de sus socios, Iniciativa per Catalunya-Verds.

Hereu ha anunciado la medida en rueda de prensa tras la reunión de la comisión política de inmigración en que los grupos debatieron un informe jurídico de los servicios jurídicos municipales, y que constata que el Consistorio no puede prohibir el ''burka'' en la calle pero sí en los equipamientos exclusivamente del Ayuntamiento, como centros cívicos, bibliotecas, mercados y guarderías.

Hereu defendió la medida por seguridad, y por ser una expresión "de sentido común". "No es posible entrar en un equipamiento y que no se permita la identificación", advirtió, y defendió que "de ninguna manera es atentar contra ninguna creencia religiosa". Por ahora, su socio de gobierno, ICV-EUiA, cree que no debe regularse, y el PP defiende una regulación también en la calle.