La hora de la verdad
Los veinticinco países que este sábado se enfrentan en el Festival de Eurovisión en Oslo se encuentran ya ante su particular Rubicón. Para ellos, en efecto, la suerte está echada y lo que más debería preocuparles en estos momentos no es ganar o perder, porque eso, a estas alturas, como está sobradamente demostrado, es lo de menos. Como César tras conquistar la Galia, lo que más debería inquietarles es su panorama particular de regreso a casa. Ya han obtenido una nada despreciable notoriedad nacional e internacional, han quedado deslumbrados por los agasajos y las luces efímeras del éxito. Tendrán que hacerlo bien sobre el escenario, pero aún tendrán que hacerlo mejor cuando vuelvan a sus países y se vean obligados a defender con los hechos y el esfuerzo su verdadera profesionalidad y pasión por la música. Si lo consiguen, habrán logrado el auténtico triunfo y habrán sabido rentabilizar la importante plataforma de promoción que supone este concurso.
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A lo largo de la historia de este certamen han sido muchos los que, aun sin haber ganado, han continuado con una carrera musical fructífera. Sin embargo, también se ha dado el caso contrario: ha habido grupos o cantantes que obteniendo posiciones de gran prestigio apenas han logrado salir después del anonimato en el que se encontraban antes del festival.
La clave está en saber jugar bien las cartas, en no hacer el ridículo y en estar completamente convencidos de la vocación y las posibilidades de cada uno. Y sobre todo, en no abandonar nunca la humildad porque, a veces, las luces de los focos y los micrófonos deslumbran tanto que hacen perder la perspectiva.
Hoy tenemos veinticinco canciones sobre el escenario del Telenor Arena de Oslo. Algunas nos gustarán más que otras, pero todas llevan detrás una enorme ilusión y un gran esfuerzo con los que se busca, de alguna manera, conmover al espectador. No pasemos eso por alto. Y tampoco olvidemos que nada está hecho y que cualquier predicción puede fallar. Nada importa que Dinamarca, Islandia, Bélgica o Turquía sean favoritas. Suecia también lo era y ni siquiera pasó la semifinal.
César todavía está en la Galia y no sabe lo que se va a encontrar cuando cruce el río. La frontera del escenario es demasiado impredecible.
Hitos en Eurovisión
09:13
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Carlos Cala
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