El Gobierno británico presentará el 22 de junio su "prepuesto de emergencia"
"El Tesoro considera que hay fuertes razones económicas para una reducción inmediata del gasto de 6.000 millones de libras por lo que no hay dudas de que esta acción es aconsejable. Al detener el despilfarro demostramos nuestro compromiso para reducir el déficit", dice el responsable de Economía
El nuevo ministro de Finanzas de Reino Unido, George Osborne, ha confirmado que el próximo 22 de junio dará a conocer el "presupuesto de emergencia" del nuevo Gobierno encabezado por David Cameron, en el se incorporarán medidas adicionales de ajuste por importe de 6.000 millones de libras (algo más de 7.000 millones de euros) cuyos detalles se harán públicos la semana que viene.
El titular de la cartera económica del nuevo Ejecutivo británico anunció la creación de un nuevo organismo independiente de supervisión encargado de examinar cómo el Gobierno afronta la reducción del déficit público.
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Esta nueva institución, creada bajo la denominación de Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria, estará dirigido por Alan Budd, antiguo miembro del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra, según contemplaban los planes del Partido Conservador previos a la celebración de las elecciones.
Se espera que este nuevo organismo publique sus previsiones fiscales al menos dos veces al año y proporcionará recomendaciones respecto a la necesidad de endurecer o aliviar el ajuste fiscal para mantener más de un 50% de posibilidades de que el Tesoro británico cumpla los objetivos fijados por el ministro. Aunque las recomendaciones de este nuevo supervisor no serían vinculantes, el Gobierno deberá explicar ante el Parlamento por qué no son atendidas.
Osborne, que a sus casi 39 años se convirtió la semana pasada en el ministro de Finanzas más joven de Reino Unido en 120 años, se había comprometido a presentar un presupuesto de emergencia en los cincuenta días siguientes a la asunción de su cargo. El déficit de Reino Unido se situó en casi el 12% en 2009 y tanto los Conservadores como sus socios Liberal Demócratas fijaron su reducción como una prioridad del nuevo Gobierno.
