El Gobierno prepara un ajuste duro

El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comparecerá este miércoles en el pleno del Congreso para explicar las medidas que el gobierno piensa adoptar para reducir medio punto adicional el déficit previsto para este año.

Es una comparecencia en la que el Gobierno quiere que se visualice un compromiso claro y contundente para conseguir que el déficit público se sitúe por debajo del 3% en 2013. Este año se recortarán gastos por valor de unos 5.000 millones de euros y para ello encima de la mesa del presidente hay un ajuste duro.

Una de las propuestas que baraja el Gobierno es rebajar el sueldo de los funcionarios. De hecho, los sindicatos están preocupados y aseguran que se temen lo peor. Otra propuesta es limitar el cheque bebé en función de la renta de los beneficiarios, opción que hasta última hora seguía entre las que barajaba La Moncloa. Y por último, vuelve a estar encima de la mesa un recorte de la inversión en infraestructuras.

Este recorte del gasto que anunciará este miércoles Zapatero es adicional al que ya aprobó el Consejo de Ministros a finales de enero y que supuso una disminución de otros 5.000 millones de euros en gastos. Además, el próximo año el Gobierno quiere reducir un punto más de lo previsto inicialmente el déficit público, con lo que el techo de gasto que aprobará en los próximos días el Consejo de Ministros también se verá afectada por estas medidas.

Ante el temor que estas medidas tengan difícil comprensión, el Gobierno ha puesto en marcha ya mecanismos para explicar el ajuste que anunciará mañana. De hecho, tras el pleno, Zapatero se reunirá con los secretarios generales autonómicos del PSOE para explicarles estas medidas y pedirles su apoyo ya que parte del ajuste tendrán que asumirlo las comunidades autónomas.

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El PP quiere aprovechar el pleno para lanzar un mensaje: Zapatero hace ahora, porque Europa se lo pide, lo que ellos piden desde hace meses incluso la semana en la reunión de la Moncloa. Una idea que comparten otros grupos políticos como CiU o el PNV que exigen al gobierno un plan de austeridad drástico y convincente.