Oficial y distendida

Los primeros en llegar los perros de los cuerpos de seguridad. Va en el Protocolo. Sobre las 8:30 ya estaban rastreando ésta nuestra casa. Vinieron dos, una pareja canina, que pasó y repasó hasta el despacho del Jefe de Informativos, incapaz de dar más descripción que la obvia de que eran "cómo los de las películas", dos perros policías.

Superado el "momento animal" llegó el "momento humano" de la avalancha de fotógrafos que tienen que vivir y convivir en un espacio reducido. No hubo golpes, pero sí traspiés. No era fácil circular entre cables y cámaras. Gente en los pasillos. Y, aunque muchos compañeros hoy llevaban americana, a la legua se notaban los trajes de ocasión y los trajes reales, los del personal de seguridad de la Casa Real a los que se distinguía por los también llamados "pinganillos" en argot de seguridad. Ellos sí mantenían el tipo. Estresados o no, no se les notaba. Nada que ver con la que suscribe que "respiraba" nervios hasta que aquello salió y se oyó. Y entonces respiró. Y contamos cómo la Princesa charló con antiguas compañeras con las que coincidió en su otra vida cómo periodista y en vídeo les presentamos nuestros mejores momentos de radio y también los peores. Nuestros errores, lo que en lenguaje de radio llamamos "gazapos" y que provocaron las risas y sonrisas de los asistentes y de los Príncipes en lo que fue el momento más divertido.

Pero todavía faltaba lo mejor. La presentación de nuestro flamante estudio de emisión. Dirán con razón que no soy objetiva. Pero es impresionante, en una palabra. Y los que entienden dicen que es una maravilla tecnológica. Pero si una foto vale más que mil palabras les invito a que lo vean por la WEB de la SER. Y es que ya saben nuestra letanía. Si algo pasa está la SER. Y hoy lo que ha pasado, ha pasado en la SER.