El PP aprueba un Código de Buenas Prácticas que vigilará los regalos a sus cargos

Madrid

El PP ha aprobado un Código de Buenas Prácticas para controlar, entre otras cosas, los regalos que reciben miembros del partido. Los regalos que podrán aceptar deben responder a un importe discreto. Se aceptarán turrones o narajas de Valencia, pero se ha terminado el tiempo de los Jaguar. La vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato, ha sido la encargada de presentar este manual del buen político en la sede de los populares en Génova. El manuel prohibirá recibir determinados regalos y vigilará más el procedimiento de contratación del partido. El objetivo es reforzar el "compromiso ético" de los cargos del PP y la plena transparencia en el desempeño de sus funciones.

Mato ha señalado que el PP quiere aumentar "la transparencia, la exigencia, la responsabilidad y la ejemplaridad" a través de un "compromiso público" que, según dijo, tendrán que asumir los cargos de su formación.

Los regalos y el comité de garantías

La regulación de los regalos ocupará un capítulo clave, después de que el llamado caso Gürtel haya puesto en la picota las supuestas dádivas con las que miembros de la trama de corrupción liderada por Francisco Correa agasajaban a cargos públicos del PP.

El PP prohibirá la aceptación de regalos que no respondan por su importe o causa a los usos y costumbres sociales, en línea con una propuesta que han trasladado al PSOE en el marco de las conversaciones que están manteniendo los dos partidos para ver cómo pueden mejorar la lucha contra la corrupción en el ámbito municipal y explorar la posibilidad de alcanzar un Pacto por la Transparencia.

Aunque el cumplimiento de estas exigencias sobre la aceptación de regalos dependerá en buena parte de la actitud de cada persona, el partido quiere controlarlo en la medida de lo posible a través de los Comités de Derechos y Garantías del PP.

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Vigilar la contratación

El Código de Buenas Prácticas también recogerá un apartado relativo a la transparencia del sistema de gestión interna del PP. El objetivo es vigilar más los procedimientos de contratación (en línea con las cláusulas de la Ley de contratos del Estado sobre publicidad y concurso), así como exigir unos requisitos éticos a las empresas.

Rajoy ya anunció en octubre que a partir de ahora intentará enterarse de quien está detrás de las organizaciones de los actos del partido para que en el futuro no se repitan episodios como los de ''caso Gürtel''.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, destacó hace unas semanas que la convención que el partido celebró en Barcelona era el primer acto de esta envergadura que no se había encargado a ninguna empresa externa.

Aznar impulsó un código similar en 1993

El documento que ha elaborado Ana Mato guarda similitudes con el que en 1993 impulsó José María Aznar, entonces presidente nacional del PP, a raíz de los casos de corrupción que salpicaban a la administración de Felipe González.

Aquel código ético de Aznar aseguraba que, más allá de las normas jurídicas, subyace en toda democracia un compromiso ético entre gobernantes y gobernados que exige a los primeros "especial dedicación a las tareas públicas que les han encomendando en defensa de los intereses públicos".

Ese compromiso ético para recuperar la vida pública enumeraba una serie de medidas que había que cumplir para garantizar la lealtad al partido, el principio de plena transparencia en la dedicación a las tareas públicas y la exigencia de responsabilidades políticas "si de la apertura de cualquier procedimiento jurisdiccional puedan derivarse indicios racionales de comisión de un delito".